RAQUEL MARTÍN | Responsable de Comunicación de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN)
Este mes de junio se cumple el primer aniversario de la toma de control de la ciudad de Mosul (Irak) por los terroristas del mal llamado Estado Islámico. Por primera vez desde el siglo I, allí no se celebra la Eucaristía ni suenan las campanas de las iglesias. No hay un solo cristiano en la llanura de Nínive. Sin lugar a dudas, un triste aniversario para el cristianismo.
Luego cayó Qaraqosh, y los medios de comunicación en Occidente reaccionaron conmocionados por las atrocidades cometidas por estos terroristas de negro tanto en Siria como Irak. Los informativos empezaron a difundir las imágenes de cientos de miles de refugiados escapando del yihadismo, y del asesinato casi en directo de 21 mártires cristianos vestidos con monos de color naranja en las playas de Libia.
Entonces, como nunca, los cristianos y las personas de buen corazón aquí en España abrimos los ojos a la persecución religiosa.
Precisamente en este mes de junio, la fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) en España celebra sus 50 años de trabajo por los hermanos cristianos que sufren pobreza material, espiritual o persecución en el mundo.
La crueldad de estos terroristas islamistas ha permitido que muchos españoles y europeos hayamos tenido conciencia de esta realidad, que podemos calificar ya sin pelos en la lengua de auténtico genocidio. Y, a la vez, ha permitido que muchas personas, conmovidas y dolidas, hayan decidido, quizá también por primera vez, ponerse en marcha, ayudar a todos estos cristianos de Oriente Medio. Y que, en estos momentos, AIN se les haya cruzado por el camino como el puente de canalización de esta solidaridad.
Lo que quizá no todo el mundo sabe en España es que esta institución de la Iglesia lleva sosteniendo a las comunidades caldeas en Irak y a las greco-melquitas en Siria, por citar dos ejemplos, desde hace medio siglo. Y que, en este momento de la historia, donde están muriendo más mártires que a comienzos del siglo I, como nos recuerda insistentemente el papa Francisco, son cada vez más los cristianos que se unen en caridad y en oración a los hermanos perseguidos a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
En estos 50 años se ha socorrido a esta Iglesia sufriente y probada en la fe como nunca. Ayuda a la Iglesia Necesitada no ha dejado de apoyar la formación de seminaristas, religiosos y laicos en las cuatro esquinas del planeta. Son 50 años construyendo iglesias y capillas allí donde las comunidades empiezan a levantarse, dando apoyo económico a los sacerdotes y misioneros en los países en conflicto o pobreza. Aquellos que nunca dejan a su pueblo, que son los últimos en irse cuando las cosas se ponen feas. Uno de cada nueve sacerdotes en el mundo recibe estipendios de misas a través de AIN.
Ahora más que nunca los cristianos necesitados esperan nuestra ayuda. No les podemos dejar solos. ¿Te sumas a esta historia que tiene ya 50 años?
En el nº 2.945 de Vida Nueva
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