JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
SÁBADO 29. Boda civil. Con carpa, tul y césped. También con altar, ambón y celebrante. Lecturas de familiares y amigos. Desde el conocimiento a la pareja que se da un “sí”. Veo al personal atento, pendiente, no en el bar de enfrente. ¿Por qué se les nota más implicados que en una boda de capilla?
DOMINGO 30. Pasivos. Todos los que estábamos en misa. Ninguno fuimos capaces de levantarnos para avisar de que los micrófonos estaban apagados. Por no molestar. Por no incomodar al celebrante. Por falta de confianza. Sentados. El peaje: intuir las lecturas, no escuchar la homilía… Por no tomar la palabra. Nos lo perdemos. Laicos de hoy. Yo estaba allí.
LUNES 31. Habemus rectora. Mujer. Madre de familia. Por derecho. Un alumno de la Ponti me cuenta que le gusta. Por muchos detalles. A saber. Come el menú de seis euros de la cafetería de estudiantes. Que no pierda la costumbre. Ni el acento gallego.
MARTES 1. De Gea se queda en Manchester. El esperado fichaje, frustrado. Un fax que no llegó a tiempo. Frena los planes de un año. Ni el último ni el primero. La burocracia no mata a la vida, pero a veces, la ahoga con sorna.
MIÉRCOLES 2. Princesa de Asturias para los Hermanos de San Juan de Dios. La primera imagen del colectivo: el ébola. Miguel Pajares y Manuel García Viejo. La mía: Ciempozuelos. La atención a los que no cuentan, a quienes no valen nada a ojos de quien produce pero lo valen todo a quienes aman. Premio y prólogo al Año de la Misericordia.
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En el nº 2.954 de Vida Nueva.
