JOSÉ PANIEGO RIVERO, S.G. (correo electrónico) | Hace cuatro años que los medios de comunicación nos están informando sobre la triste situación de algunos de los países de Oriente Medio, que se están destruyendo con la muerte de miles de sus ciudadanos, en una guerra fratricida, por motivos de muy difícil comprensión.
Como consecuencia de estas guerras, miles de emigrantes se están ahogando en el Mediterráneo de una forma miserable y muchos miles más peregrinan por toda Europa. Durante cuatro años y ante esta triste realidad, ¿qué han pensado los dirigentes de países que diríamos civilizados: Estados Unidos, España, Francia, Alemania y otros? Nada.
Después de un largo tiempo de espera, parece ser que se ha decidido, en muy buena hora, acoger a esta pobre gente que pulula por nuestros pueblos y ciudades, pero desgraciadamente no se han evitado las causas de esta triste situación.
Yo pediría a los dirigentes de todos los países que, antes de llegar a tan triste situación, se tomaran las medidas oportunas para evitarla. Seamos solidarios con todos aquellos que solicitan nuestra ayuda.
En el nº 2.956 de Vida Nueva
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