Desamortizando la Almudena

José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva JOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

Alguien puede pensar que el arte contemporáneo tiene que ver con andar robando hostias por las iglesias para luego montar una exposición componiendo con ellas la palabra pederastia. Otros, igualmente confundidos, pueden pensar que la nueva política que intenta ahora Izquierda Unida debe pasar por una performance a las puertas de la Almudena para, desde allí, resucitar desamortizaciones.

Desde el rodaje por las calles de Madrid de Doctor Zhivago no se había visto una escena de cartón piedra tan afectadamente bolchevique. El montaje de las hostias y el de la particular toma del Palacio de Invierno catedralicio nos dan idea del mal que ha hecho la falta de pactos a nuestro sistema educativo. Así, hoy hay que penar con propuestas de este calado que moverían a risa si no fuese porque quienes las perpetran se las toman muy en serio.

Ignoro si fue suya o de algún gurú cercano la idea de Alberto Garzón para acercarse a la entrada de la catedral y, desde allí, lanzar su particular vade retro contra la religión, principalmente la católica, que siempre da más brillo revolucionario. Si no, no se entiende que no se asomase por la mezquita de la M-30, por ejemplo.

En todo caso, siguiendo la misma lógica que le llevaría por el camino de la coherencia, podrían advertirle de la conveniencia de acercarse a los juzgados sevillanos donde siguen su curso varios casos que han salpicado a su formación por desvíos de fondos, fraudes y artimañas varias –o a la Audiencia Nacional– para cuando quiera desplegar su batería de medidas contra la corrupción; o a las sedes del sindicato hermano CCOO o del primo hermano UGT, cuando explicite sus medidas en favor de la regeneración de la vida pública y de quienes participan en ella sin que nadie les obligue a pasarse la vida acumulando cargos en despachos de liberados. ¿Acudirá a semejantes decorados esta vez?

En el nº 2.967 de Vida Nueva

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