Ecología ¿sostenible?

Alberto Iniesta(Alberto Iniesta– Obispo Auxiliar emérito de Madrid) 

“La tierra es como un jardín, creado para disfrute del hombre, donde podemos ver el poder, la sabiduría, el amor y la hermosura de Dios, y nosotros debemos ser sus cultivadores amorosos, para nuestro disfrute y para gloria de Dios”

Aunque tardío, después de haber esquilmado entre todos nuestro ecosistema, el movimiento ecológico actual supone una gran esperanza para la tierra y para el hombre, especialmente si se le añade un adjetivo que no me parece accidental, sino muy sustancial: sostenible.

Desde el relato de la creación, en el libro del Génesis, hasta san Pablo o la primera de san Juan, la Palabra de Dios nos ofrece una imagen cabal del hombre ante su entorno: el hombre -varón y mujer- es creado a imagen y semejanza de Dios, llamado a ser su hijo adoptivo. La tierra es como un jardín, creado para disfrute del hombre, donde podemos ver el poder, la sabiduría, el amor y la hermosura de Dios, y nosotros debemos ser sus cultivadores amorosos, para nuestro disfrute y para gloria de Dios.

Hoy se hacen esfuerzos meritorios para evitar la completa extinción de algunas especies en peligro, con gastos razonables y resultados notables, como el caso del lince ibérico, que estuvo a punto de desaparecer, pero que actualmente se va recuperando.

Pero, al mismo tiempo, por poner un ejemplo diferente, los enormes gastos del gobierno chino y de los parques zoológicos del mundo que tienen pandas, como el de Madrid, son tan desmesurados que quizá habría que plantearse si valen la pena, mientras que tantos seres humanos tengan que vivir en condiciones inhumanas.

Lamentablemente, se han extinguido muchas especies por culpa de los hombres. Pero no siempre. A veces, la misma naturaleza -el gobierno secreto de Dios a través de sus leyes- ha colaborado en su extinción, como el caso de los dinosaurios, que dominaban la tierra, sin cuya extinción la especie humana no habría podido subsistir cuando apareciera.

Es un asunto delicado, sobre el que no es fácil tomar decisiones. Pero quizá, la fórmula paulina podría servirnos de orientación: Todo es vuestro; vosotros de Cristo, y Cristo, de Dios (1 Co 3, 21).

ainiesta@vidanueva.es 

En el n º 2.661 de Vida Nueva.

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