Mientras el Papa pasaba por Tierra Santa…

netanyahu-y-obama(Ramón Armengod– Embajador de España) La relación entre Washington y Tel Aviv pasa por un momento difícil. El presidente Barack Obama parece lejos de la posición de George W. Bush de apoyar a Israel a cualquier precio. Al contrario, el actual presidente estadounidense se reserva el adoptar una línea diplomática una vez que se conozcan los resultados surgidos de las elecciones que se celebrarán el próximo mes de junio en Irán, es decir, prefiere observar hasta que se produzcan movimientos serios por parte de los dirigentes del régimen iraní

Ramón ArmengodA pesar de la estrategia israelí, que consiste en, llegado el caso, atacar a Irán en defensa propia, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, negó dicha posibilidad, aunque recordó, en todo caso, que Israel tenía siempre el derecho a defenderse. También añadió Netanyahu que, después de su reciente visita a Washington para encontrarse por primera vez con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, había vuelto tranquilizado por lo que había oído allí con respecto al régimen iraní: “Ayer, el presidente Obama me aseguró que los Estados Unidos siguen vigilando el desarrollo nuclear iraní, lo que es importante no sólo para la seguridad, sino para la paz”.

Dos pueblos, dos estados

En cambio, el primer ministro no recogió lo que, a su vez, declaró la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a propósito de la posición del presidente Obama sobre otro importante asunto: que había que suspender la creación de nuevos asentamientos en los territorios ocupados y llegar a una solución que contemple dos estados, uno para los palestinos. “Estamos, como siempre, a favor de la seguridad de Israel, pero nuestro objetivo es que los dos pueblos vivan juntos”.

El verdadero problema actual es que Washington necesita mantener unas buenas relaciones diplomáticas con Irán, ya que el interés de ambos gobiernos es evitar que Pakistán, que posee armamento atómico, acabe siendo un Estado fallido como consecuencia de la guerra civil que mantienen los talibanes afganos y los extremistas pakistaníes contra el ejército y las poblaciones indefensas a lo largo de la frontera que separa Afganistán y Paskistán.

El equipo del presidente Obama se encuentra inmerso en la preparación de un viaje a Oriente Próximo para el mes junio y, por esta razón, también se ha notado una mejora de las relaciones de los Estados Unidos con Siria, lo cual ha propiciado la aparición de suspicacias en Egipto y en otros países árabes, que no dejan de mirar con un punto de desconfianza el hecho de que Washington se acerque a los amigos de Teherán. Como en otras ocasiones, la situación en el Líbano será uno de los indicios de la siembra que está propiciando el presidente Obama. 

El Gobierno israelí podría colapsar si apuesta por la adopción de una política conciliatoria con los palestinos similar a la que puso en práctica en el año en 1999, cuando el propio Benjamin Netanyahu, bajo presión del entonces presidente Bill Clinton, firmó uno de tantos acuerdos con los palestinos. Además, no hay que perder de vista el hecho de que la presión israelí en Gaza ha endurecido las posiciones de todos los implicados en esta cuestión.

En resumen, podemos afirmar que los múltiples discursos y oraciones de Benecito XVI durante su reciente viaje a Tierra Santa eran del todo necesarios, y ello independientemente de la política vaticana, teniendo en cuenta que un enfrentamiento preventivo y atómico entre Israel e Irán se perfila como posible para dentro de unos tres años, con terribles consecuencias no sólo para ambos, sino para otros países intermedios como Irak y los países árabes productores de petróleo del Golfo Pérsico. 

Ésta es, al menos, la conclusión que recoge un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, que ha visto la luz en estos últimos días.

En el nº 2.662 de Vida Nueva.

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