GINÉS GARCÍA BELTRÁN | Obispo de Guadix-Baza
Siempre me llamó la atención aquella cuestión matemática: ¿cuántos números hay del 0 al 1? La respuesta es: infinitos. Sin entrar en el terreno de las matemáticas, del que no soy nada entendido, creo que la respuesta contiene una excelente lección para todos.
Es frecuente que nos quedemos encerrados en el pensamiento de que del 0 al 1 solo hay un número. En ese espacio y en esas circunstancias poco podemos hacer. Necesitamos llegar a números con, al menos, seis cifras para poder ser alguien o hacer algo. Hemos de tener mucho y poder mucho. Lo pequeño no nos basta ni nos satisface. Y enseguida entonamos el canto: “Si tuviera, si fuera, si pudiera…”. Es decir, el camino del no hacer nada, de la justificación para sobrevivir, pero no para vivir de verdad.
¿No sería mucho mejor mirar a los números infinitos? Del 0 al 1 va un infinito. En lo pequeño puedo hacer mucho. En la debilidad y en lo frágil podemos vivir plenamente. De lo poco puede nacer un mucho. En la vida no solo están el todo o la nada, sino que hay muchas posibilidades en medio. Podemos hacer que nuestro poco sea mucho cuando lo hacemos con confianza y amor. De lo que se trata es de poner el alma en lo que hacemos.
Conozco personas sencillas, sin rostro público, con situaciones personales y familiares de gran sufrimiento, que hacen de su realidad una posibilidad constante de entrega y crecimiento, sin que les falte nunca una sonrisa. Esto es mucho mejor que la parálisis de los que no hacen nada porque no lo van a conseguir todo.
La fe en Jesucristo en una posibilidad infinita. No cabe la derrota en la fuerza imparable de la resurrección. El amor crucificado ha vencido al pecado y a la muerte rompiendo la lógica del poder como dominio de los grandes para convertirlo en servicio de lo pequeño y de los pequeños.
En el nº 2.996 de Vida Nueva
