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‘El bello escándalo de la caridad. La misericordia según Madeleine Delbrêl’


Un libro de Gilles François y Bernard Pitaud (Narcea) La recensión es de Jesús Sastre García

El bello escándalo de la caridad. La misericordia según Madeleine Delbrel, libro de Narcea

Título: El bello escándalo de la caridad. La misericordia según Madeleine Delbrêl

Autores: Gilles François y Bernard Pitaud

Editorial: Narcea

Ciudad: Madrid, 2016

Páginas: 110

JESÚS SASTRE GARCÍA | Gilles François y Bernard Pitaud son sacerdotes, profesores de teología y especializados en la persona, misión y escritos de Madeleine Delbrêl. La obra consta de una breve biografía, cuatro capítulos basados en textos de esta mística francesa y una conclusión a la luz de dos escritos significativos, un poema de su padre y una carta de su madre. La misericordia como bello escándalo de la caridad es la clave más importante para comprender su personalidad: “Misericordia es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. La misericordia es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro” (p. 13).

Su vida es un testimonio elocuente de cómo, ante situaciones humanas dramáticas con rostros concretos, la ternura es lo más revolucionario, incluso cuando parece que no es lo más eficaz. Los textos originales y los comentarios de los autores nos guían en este itinerario personal con trasfondo teológico y espiritual.

La vida de Madeleine es un ejemplo de trabajo “codo con codo” con personas muy alejadas ideológicamente de la fe, pero comprometidas con el ser humano necesitado. “Ser pobre no es interesante: todos los pobres son de esa opinión. Lo que es interesante es poseer el Reino de los cielos, pero solo los pobres lo poseen” (p. 46). En un contexto de posguerra, ella supo aportar toda la riqueza que supone vivir desde el amor misericordioso de Dios, lo cual la convierte en una de las figuras más avanzadas y sugerentes del preconcilio, pues de forma clarividente se adelantó a algunas de las aportaciones más importantes del Vaticano II.

El contenido de los cuatro capítulos se puede sintetizar en los siguientes enunciados: el hombre como ser creado, que vive bajo la misericordia de Dios; la llamada a ser misericordiosos; el lugar de la misericordia en un mundo tentado de rechazar a Dios; y cómo renovar las exigencias de la misericordia ante los nuevos retos de la pobreza y la increencia.

El texto del tercer capítulo es el primero que escribió Madeleine, lo que significa que ella piensa, ora y escribe desde la dureza de la vida, la lectura creyente de la realidad, el testimonio y el compromiso personal y comunitario. Así, llega al convencimiento de que no hay que “retocar” el Evangelio ni la misericordia. Cristo se anuncia cuando ambas van juntas: “La Palabra sin la misericordia se arriesga a ser pronunciada solo a flor de labios. La misericordia sin la Palabra se arriesga a no decir su origen” (p. 74).

El libro se lee muy bien, está salpicado de rostros y hechos de vida extraídos de su misal, y refleja una espiritualidad que une contemplación y acción en síntesis tan admirable como profunda. La cruz y la soledad, tan presentes en su vida familiar, social y comunitaria, preparan los encuentros portadores de salvación.

La bibliografía final nos puede ayudar a profundizar en la vida y obra de Madeleine Delbrêl en este Año de la Misericordia, para responder mejor a los retos de las nuevas pobrezas y sufrimientos.

Publicado en el número 3.003 de Vida Nueva. Ver sumario

Actualizado
16/09/2016 | 00:09
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