Una obra de Teófanes el Recluso (Fragmenta Editorial) La recensión es de Gema Juan
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Título: Qué es la vida espiritual y cómo perseverar en ella
Autor: Teófanes el Recluso
Editorial: Ediciones Sígueme
Ciudad: Salamanca, 2016
Páginas: 320
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GEMA JUAN | Entre los Santos Padres del Oriente cristiano, Teófanes el Recluso ocupa un lugar importante. Gran maestro espiritual ruso del siglo XIX, era un hombre sabio y profundamente espiritual, que unió su inteligencia y bondad para llegar a ser un auténtico padre en el espíritu. Un conocedor de los corazones, capaz de hacer surgir en ellos la mejor chispa divina.
Ediciones Sígueme pone ahora en nuestras manos una de las joyas espirituales del mundo ortodoxo. Es la palabra de la experiencia, la voz de un testigo, y por eso mantiene su vigencia.
A lo largo de ochenta cartas, Teófanes acompaña a una mujer joven que está en búsqueda, que desea vivir auténticamente su cristianismo. La orienta desde la primera inquietud hasta el momento en el que los deseos profundos cobran fuerza y puede tomar una decisión de vida.
Teófanes hace de guía y de maestro, pero también de compañero. Por un lado, se adelanta a las dificultades; por otro, sabe aguardar a que la discípula exprese y dé su propia palabra al mundo interior que está descubriendo. Se ocupa de lo grande y lo pequeño, de lo material y lo espiritual, del cuerpo y del corazón, como quien sabe que el ser humano vive siempre en proceso y que es una unidad indivisa, que solo desde la integración puede recorrer el camino de la fe.
Las páginas de este libro revelan la calidez del hombre de Dios que era Teófanes. Es entrañable, a la vez que muy exigente. No deja cabo suelto, no se anda por las ramas; la fe no es un asunto ligero, la vida espiritual es algo muy serio y todo camino auténtico requiere iniciación y perseverancia.
Ejemplos pegados a la vida, historias ejemplares de antepasados y muchas citas de los Santos Padres acompañan pedagógicamente las cartas. Todas contienen palabras sencillas y directrices sin ambigüedad, pero dadas con delicadeza.
Teófanes es un verdadero staretz (“no un mero director espiritual que actúa desde fuera –se aclara en la presentación–, sino un verdadero padre al que el Espíritu ha conferido dicho don”): lleva a descubrir la verdad interior para abrirse a Dios, infunde esperanza y ánimo, recuerda continuamente la presencia del Espíritu Santo y, paso a paso, conduce a la vida en Dios, a la oración constante. Es imprescindible dejar fuera cualquier atisbo de autocomplacencia, la lucha contra el autoengaño es sin cuartel pero, al tiempo, carta tras carta, el maestro muestra la paciencia y la bondad de Dios.
La sinceridad, la transparencia con el acompañante y la discreción son necesarias para no torcer el camino. “Dios no se fija en minucias”, pero la mediocridad y la falta de decisión pueden trabar.
Lo que propone Teófanes es válido para todo tiempo y lugar: descubrir el centro, llegar a ser “una persona auténtica”, comprender que “lo importante sucede en el interior”, vivir espiritualmente en medio del ajetreo y entender que la oración “es la raíz de todo”.
“Dios camina en paz y silencio”. Es el último mensaje del maestro. Fuera inquietud, lejos el miedo, Dios trae la paz para que vivimos bajo su bendición.
Publicado en el número 3.016 de Vida Nueva. Ver sumario