ANA ÁLVAREZ DE LARA | Presidenta de la ONG Misión América
En la Jornada de Hispanoamérica que celebramos el 5 de marzo, la Iglesia española reconoce la especial vinculación entre nuestras comunidades y las de aquel continente. Se pone el foco en los sacerdotes diocesanos españoles que se han marchado allí a través de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), servicio promovido por la Comisión Episcopal de Misiones (CEM).
Hace 20 años, nos dimos cuenta de que estos sacerdotes se encontraban con enormes necesidades sociales en los pueblos en los que trabajaban. ¿Cómo ayudarles? Surgió la iniciativa de crear una ONG que pudiera canalizar las ayudas sociales –especialmente de educación y sanidad–, siempre bajo el amparo de la CEM. Así nació Misión América, un servicio para ayudar a los misioneros.
Misión América sigue respondiendo con la misma generosidad de sus inicios. A pesar de que, como cualquier otra iniciativa solidaria, ha experimentado la disminución de ayudas económicas de las instituciones públicas, esto ha sido compensado con la generosidad de sus socios y donantes.
Es la suma de muchos pocos lo que hace posible que pueda subvencionar la compra de una lancha motora para la Amazonía ecuatoriana o la rehabilitación de los servicios sanitarios en una misión de Honduras. Al tener contacto personal con los misioneros podemos garantizar que cualquier donativo llega a su destino y es multiplicado. Este es el secreto: gestionar la suma de muchos pocos para que los misioneros puedan hacer grandes cosas. Ofrece la posibilidad de descubrir el milagro de que un grano sí hace granero.
Pero el secreto de esta generosidad no solo está en sus donantes, sino en el trabajo de sus voluntarios. Cuánto bien se puede hacer con la disponibilidad de unas horas para gestionar la pequeña aportación procedente de un ayuntamiento, de una hermandad o de una donación.
Al celebrar el Día de Hispanoamérica y recordar la entrega generosa de los sacerdotes misioneros de la OCSHA, sentimos el orgullo de tenderles la mano amiga para colaborar con ellos en el servicio a los más pobres.
Publicado en el número 3.026 de Vida Nueva. Ver sumario