Diálogos de paz de las mujeres desde los territorios

IV Foro Distrital Mujeres constructoras de paz

SDMujer

“En la lucha por el posicionamiento de sus demandas de paz, diversas organizaciones de mujeres han utilizado varias estrategias, entre las cuales se encuentran la mediación cotidiana en sus entornos barriales para evitar que los conflictos terminen en violencia; las movilizaciones: marchas, plantones, carnavales, comparsas y otras expresiones artísticas para promover la garantía de sus derechos y rechazar las distintas violencias que se ejercen contra ellas u otras personas de su entorno; y la construcción de agendas y otras propuestas de política pública para incidir en la transformación de las expresiones de discriminación, violencia y subordinación que afectan sus vidas y que se agravan en contextos con permanente presencia de actores armados”.

El 20 de octubre tuvo lugar en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación de Bogotá el IV Foro Distrital Mujeres Constructoras de Paz.

El objetivo de la actividad: acercar a mujeres de las diferentes localidades de la ciudad al proceso de construcción de paz desde los territorios, conectando las reflexiones y apuestas con los avances de los diálogos de La Habana y la posible firma de unos acuerdos.

Como señala la Agenda de mujeres populares diversas para la construcción de la paz (de donde fue extraída la cita que abre esta nota), “la actual apuesta por la paz no es solo de los grupos y sectores que están negociando un cese al fuego, sino un proceso político que nos puede llevar como colombianas y colombianos a pensarnos un nuevo contrato social desde los territorios, y la posibilidad de dirimir nuestros conflictos sin necesidad de las armas”.

Según ha dicho Martha Lucía Sánchez, Secretaria Distrital de la Mujer, la paz para las mujeres empieza por su reconocimiento social como sujetas de derechos y actoras políticas. Esto debe incluir garantías para vivir libres de violencias; para ejercer su autonomía y libertad; para acceder a la igualdad de oportunidades, a la participación y representación en instancias decisorias; y para ser valoradas como actoras protagonistas en la construcción de la paz y como pares en las definiciones políticas.

La Agenda fue construida en un proceso colectivo que involucró a más de 145 mujeres de organizaciones de base, entre las que se destaca el Centro de Promoción y Cultura de Kennedy. Su construcción estuvo determinada por el objetivo de impulsar un proceso participativo que reconociera e incluyera la diversidad de las mujeres que están trabajando por la paz en las localidades. 6 ejes rigen las propuestas contenidas: Desmilitarización y paz en los territorios con garantías de derechos; Mujeres y ciudadanías para la paz; Cuerpo como territorio de paz: cuerpo y sanación para la reparación; Tierra, territorio y territorialidad: Protección, sostenibilidad y soberanía alimentaria; Cultura de paz y Prevención y protección de lideresas.

Propuestas prioritarias

Las siguientes son las propuestas a las que las organizaciones han decidido dar prioridad en su ejercicio de incidencia:

Formulación e implementación de una política pública de paz en Bogotá que garantice la participación de las mujeres y la inclusión de sus agendas; desmilitarización de los territorios para que se haga realidad el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias; construir un modelo de seguridad distinto, que parta de la garantía de los derechos ciudadanos, revise funciones, prácticas y ejercicios de poder sobre los territorios y los cuerpos de las mujeres, por parte de la Policía, el Ejército, grupos ilegales y grupos que prestan seguridad privada.

Fortalecer la actoría política de las mujeres respecto a la paz en los territorios por medio de la asignación de recursos locales para el derecho a la paz de las mujeres; inversión de recursos locales en lo social, respetando los acuerdos asumidos en los encuentros ciudadanos, articulación entre entidades que trabajan sobre paz que potencie el trabajo territorial de las mujeres y garanticen su cualificación para la construcción de la paz

Protección, sostenibilidad y soberanía alimentaria, mediante el impulso y la implementación de Zonas de Reserva Campesina en el Distrito (y demás figuras de ordenamiento territorial campesino) lideradas por mujeres, en las que se les garantice la escrituración de tierras, mecanismos de financiación y asesoría técnica para una productividad sostenible.

Implementar la cátedra de paz con enfoque de derechos de las mujeres, género y diferencial, que pase por todos los niveles de formación, en todas las localidades y en medios masivos de comunicación, en los que se de cumplimiento al apartado J de la Plataforma de Beijing 1995 (La Mujer y los medios de comunicación), en las que se hagan visibles las causas históricas y el orden estructural que justifica el ejercicio de poder y las violencias contra las mujeres, ocurridas en el marco del conflicto armado y en otros escenarios; el recuento histórico de las múltiples violencias contra mujeres diversas, en contextos territoriales específicos; y la manera como ellas han actuado para que estas violencias no se perpetúen.

Promover y apoyar procesos locales en los que se reconozcan los aportes de las mujeres en el cuidado de la vida, la construcción de la paz y que permitan entender el conflicto armado, los procesos de negociación, el sentir de las víctimas, las afectaciones de poblaciones diversas, el nivel de cumplimiento de la ley 1448 del 2011 y de otras leyes que se desprendan de los Acuerdos para poner fin al conflicto armado.

Garantizar la implementación del protocolo de prevención y protección a lideresas y la articulación de las entidades del Distrito y del nivel nacional para su cumplimiento.

El gran reto

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“La paz para las mujeres empieza por su reconocimiento social como sujetas de derechos y actoras políticas”

Adriana Benjumea, directora de la Corporación Humanas Colombia, señaló en el marco del foro que buena parte de lo que pueda llegarse a producir en Cuba dependerá de la exigibilidad de cumplimiento por parte de las mujeres en los territorios, pero también de su creatividad. Según la activista, la guerra ha sido posible porque, en muchas ocasiones, junto a los actores armados, la sociedad civil ha favorecido la violencia.

El gran reto reside en “el tema de la convivencia, donde tenemos que caber todos y todas”, un asunto que dependerá, en gran medida, de una pedagogía para la paz y una paz territorial frente a las cuales las mujeres tienen mucho para aportar. Por otra parte, en su opinión, la coyuntura de pretender garantías para la participación política de quienes pudiesen llegar a dejar las armas se convierte, al mismo tiempo, en una oportunidad, para exigir la participación política de las mujeres. Señala Benjumea: “Hay dos procesos de paz en el mundo que han vinculado la participación activa de mujeres con resultados muy importantes: Liberia y Filipinas; demuestran que si se vinculan a más mujeres en los procesos de paz los resultados de participación y de adelanto de las mujeres pueden ser mucho más palpables”.

Texto: VNC Foto: ACARDONA/SDMujer

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