El obispo Mario Melanio Medina se vio obligado a aclarar qué sucedió en su encuentro con el precandidato presidencial Efraín Alegre.
Sucede que esta vez, algunos comentarios de la reunión privada aparecieron en la prensa y ahí comenzó el escándalo. Entre los dichos que se le atribuyen, el obispo le habría confesado a Alegre que el ex presidente Óscar Nicanor Duarte es un “buen colorado” (en referencia a su orientación partidaria). Sin embargo, sostuvo que ni él ni Fernando Lugo pueden volver a competir en las presidenciales porque la Constitución Nacional no se los permite.Transcendió también que Alegre se acercó a Medina como mediador para que pueda pactar con el senador del Frente Guazú, Fernando Lugo.
En seguida, salieron a la carga referentes del Partido Colorado. El senador Juan Darío Monges sostuvo que el obispo Medina “ha jurado servir a la feligresía católica, pero desde hace tiempo ha violado esa promesa”. Y agregó: “Muchos sacerdotes han violado la confianza de la fe católica en la persona del ex obispo Fernando Lugo, por ejemplo. Pero si hoy alguien pretende utilizar esa vía de nuevo, el pueblo está alertado”.
Para este senador, la Iglesia Católica “debe tomar cartas en el asunto respecto al comportamiento de varios de sus sacerdotes que buscan tener protagonismo a través de la política”.
Por su parte, el diputado Ramón Romero Roa, sostuvo que el comportamiento de Medina “es conocido por todos (…) Este obispo siempre se extralimita en su tarea de evangelización”. Y criticó que la oposición no busca construir sino “unirse para enfrentarse al Partido Colorado”.
Vale aclarar
Tanta trascendencia mediática tuvo este encuentro entre Alegre y el obispo de San Juan Bautista Misiones, que a los pocos días Medina emitió una carta pública en donde aseguró: “No hubo ni puede haber concertación de mi parte con él, ni con otros líderes de partidos políticos, pues no tengo agrupación política ni grupo alguno de poder”. Y aseveró: “Lo que hubo y siempre habrá es conversación con todos los que quieran hablar conmigo sobre la realidad nacional y, más concretamente, la realidad de Misiones”.
Si bien no es lo común ni lo correcto, estos dichos suelen tomar trascendencia pública (al extremo del escándalo) en tiempos en que se empieza a gestar un escenario preelectoral que carece de políticos creíbles y confiables para el pueblo.
FERNADO COSTA. ASUNCIÓN
