¡Hola, lectoras y lectores de VidaNuevaDigital.com! ¡Saludos desde Colombia!
Me estreno, hoy, como bloguera y frente a la página vacía de mi computador solo tengo preguntas.
La primera es qué es un blog y qué es ser bloguera. Mi nieto periodista tiene un blog. Mi sobrina traductora también. Leo blogs de mis colegas teólogos y teólogas. Pero es la primera vez que escribo en un blog. Alguien me dijo alguna vez que era como los que se paran sobre un cajón en Hyde Park Corner a perorar. Que es lo que hace cualquier columnista en un medio de comunicación: pensar en voz alta.
Lo que me tranquiliza, porque hace rato que escribo para publicaciones periódicas. Y a lo mejor por eso VidaNuevaDigital.com me invitó a abrir este blog, invitación que agradezco e interpreto como un paso más en un ya largo caminar que comenzó siendo pre-teológico cuando escribía en el periódico El Tiempo de Bogotá la columna “Palabras de Domingo” –un comentario al evangelio– antes de estudiar teología. Y le llegaba a la gente. Incluso a algunos curas que leían mi columna en su homilía.
La segunda es qué voy a escribir. Son resabios académicos que me obligan a precisar contenidos, objetivos, contexto, intencionalidad, etcétera, etcétera. Tengo claro que voy a escribir acerca de la realidad en que vivo, es decir, de lo que pasa en mi país y en el mundo y que voy a hacerlo desde el horizonte de la fe, concretamente desde la Escritura. O acerca de la Escritura y desde la realidad. Y sobra decir que habrá espacio para los pronunciamientos de FranciscoTengo claro, sobre todo, que mis escritos van a tener mirada de mujer y de mujer latinoamericana. Más aún, de teóloga latinoamericana.
Menos importante es la pregunta por la extensión del texto. Pero me la estoy haciendo:¿cuántos caracteres? En principio, un blog no tiene límites; pero voy a escribir corto, que lo bueno, si breve, dos veces bueno, decía Baltasar Gracián –obviamente, encontré en Google al autor de la frase– y lo malo, si poco, no tan malo.
Y tengo que preguntarme por el título del blog. Me pidió José Beltrán que le diera un nombre. Lo que me hizo recordar cuando de niña jugaba “Ma-te-rile-rile-ro. Y, ¿qué nombre le pondremos? Ma-te-rile-rile-ro” mientras barajaba posibles nombres.Creo que tiene que expresar que lo que va a identificar a este blog –mi primer blog– es la mirada de mujer.
Con la ayuda de Dios, entonces, aquí estaré todos los sábados para conversar con los lectores y las lectoras de VidaNuevaDigital.com acerca de tantos temas, tantas historias, tantas situaciones de la realidad que reclaman un comentario desde la Escritura. O de la Escritura, leída desde la realidad, que es lo mismo. Siempre con mirada de mujer.