Los obispos de Venezuela rechazan que Maduro convoque una Asamblea Constituyente

  • En un comunicado, la Conferencia Episcopal del país denuncian que la propuesta del presidente es engañosa, parcial y excluyente
  • “No reformar la Constitución, sino cumplirla”, pide la presidencia de la CEV

un joven con discapacidad reaccion a los gases lacrimógenos lanzados por la policía

La presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha rechazado el anuncio del presidente Nicolás Maduro, el pasado 1 de mayo, de convocar a una Asamblea Constituyente. ‘No reformar la Constitución, sino cumplirla’, es el título del mensaje publicado el 5 de mayo.

“La reciente iniciativa del Presidente de la República de convocar una Asamblea Constituyente ha sido percibida por la inmensa mayoría de la población como una iniciativa divorciada de las urgentes necesidades del país y como un paso más en el socavamiento del Estado Social de Derecho previsto en la actual Constitución”, se afirma en el comunicado suscrito por el presidente de la CEV, Diego Rafael Padrón, el primer vicepresidente; José Luis Azuaje Ayaja, el segundo vicepresidente; Mario Moronta Rodríguez; el secretario general, Víctor Hugo Basabe; y los presidentes honorarios, los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras.

En efecto, con el anuncio del presidente y la publicación del decreto que convoca a una Asamblea Nacional Constituyente, el 3 de mayo, crece el inconformismo, las confrontaciones y las manifestaciones de la oposición, ante las cuales los obispos ya han exigido respeto por los derechos de los ciudadanos, rechazando toda expresión de violencia.

La democracia en peligro

Al considerar que “la propuesta Presidencial de una Asamblea Constituyente sectorizada para la reforma de la Constitución es innecesaria y resulta peligrosa para la democracia venezolana, para el desarrollo humano integral y para la paz social”, los obispos argumentan que, como tal, “no apunta a resolver los graves problemas que aquejan a los venezolanos”, como la escasez de alimentos y medicamentos, la seguridad personal y jurídica, la libertad y la paz, “sino a prolongar la permanencia de su Gobierno en el poder”.

Además, al recordar que las últimas manifestaciones han sido desencadenadas por las decisiones 156 y 157 del Tribunal Supremo de Justicia, la CEV advierte que la convocatoria que se ha propuesto es “parcial, monocolor y excluyente”, tratándose de “un nuevo intento en el afán de sustituir a la actual Asamblea Nacional, elegida por una mayoría abrumadora representativa de la soberanía popular”.

“Pero, además, esta iniciativa presidencial es engañosa –aseveran los obispos–, al dejar en la penumbra muchos aspectos de su diseño y aplicación, y daría amplio margen a interpretaciones ambiguas de su reglamentación”.

Por otra parte, en su comunicado, los obispos no se olvidan “de la tristeza y el sufrimiento” del pueblo ante la violencia propiciada por los organismos de seguridad del Estado que “en el último mes ha hecho alarde de su naturaleza represiva mediante la sofocación de la legítima protesta con excesiva e inhumana violencia”.

“¡Ya basta de tanta represión!”

En un clamor unánime, que coincide con el de la Conferencia Venezolana de Religiosos (CONVER) y el de la Pastoral Universitaria de Venezuela, que esta semana también ha divulgado un comunicado ante la grave crisis del país, los obispos hacen propio el dolor del pueblo venezolano: “¡Ya basta de tanta represión!”.

Firmes en la esperanza y sostenidos por el apoyo y el respaldo de la Iglesia universal –en especial, del papa Francisco–, la presidencia de la CEV exhorta a la población “a no resignarse, a levantar su voz de protesta, pero sin caer en el juego de quienes generando violencia quieren conducir al país a escenarios de mayor confrontación con el fin de agravar la situación y mantenerse en el poder”.

Concluye el comunicado con una invitación a la Jornada de Oración por la Paz de Venezuela, el próximo 21 de mayo, “por el cese de la violencia, la represión oficial y por la búsqueda de caminos para el entendimiento y la reconciliación que necesitamos”.

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