Dos días después de que fuese debatida y que, contra pronóstico, no encontrase el respaldo de todos los partidos de izquierda, el pleno del Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves, 11 de mayo, la proposición no de ley impulsada por el PSOE para, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica de 2007, exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos.
La iniciativa se ha aprobado, pese a la abstención del PP y ERC, tras sumarse a ella Unidos Podemos, que entonces se abstuvo también por considerar que la propuesta socialista era insuficiente, y pese a que el PSOE no ha aceptado ninguna de sus propuestas. Finalmente, el resultado de la votación ha sido de 198 votos a favor, 140 abstenciones y un voto en contra.
Sin embargo, esta aprobación puede quedarse en un mero gesto cargado de simbolismo en cuanto que una proposición no de ley insta al Ejecutivo a un acción, pero el Gobierno no tiene la obligación de cumplirla.
Resolver una asignatura pendiente
La medida adoptada por el PSOE, y que viene persiguiendo desde hace años, pretende “resignificar” el Valle de los Caídos, en cuya basílica yacen miles de víctimas de la Guerra Civil de ambos bandos y en donde se ha reservado un lugar especial para el dictador y para José Antonio Primo de Rivera.
Para el PSOE –en cuya propuesta se contempla también la petición de trasladar los restos mortales del fundador de la Falange a un lugar “no preeminente” del edifico–, esta aprobación puede ser el primer paso para resolver “una asignatura pendiente” de la democracia española.
En la iniciativa socialista se contempla, igualmente, la elaboración de un censo de las obras realizadas en el Valle de los Caídos mediante trabajos forzados para colocar placas en memoria de los presos del bando republicano, así así como la creación de bancos de ADN para la identificación de los restos de muchos de ellos allí enterrados y cuya identidad aún se desconoce o reclaman sus familiares.
Ante la polémica en la que periódicamente ha estado sumida esta cuestión, y que ha salpicado a la comunidad de monjes benedictinos que la custodia, estos siempre han reiterado que su misión es es rezar por todos los fallecidos y un lugar para la conciliación.