Hace seis años, Escuelas Católicas –la principal entidad que aglutina a los colegios religiosos de nuestro país- puso en marcha el movimiento “Por la innovación educativa”. Unos 6.000 profesores y directivos han pasado ya por un programa que, como parte de la misión evangelizadora de los centros, se apuesta por el desarrollo de propuestas creativas encaminadas a fomentar la calidad en las aulas. Ahora, las experiencias de directivos, profesores, alumnos y padres se traducen en un documental que se estrenará mañana en Madrid, en el espacio CaixaForum.
“Sin innovación no hay posibilidad de progresar en educación”, afirma el secretario general de Escuelas Católica, José María Alvira, que subraya cómo “facilitar el acceso de todos los niños y los jóvenes a una educación innovadora es la mejor manera de hacer progresar a las personas y a los pueblos”.
Hasta catorce centros pertenecientes a esta red han participado en esta narración audiovisual que permite comprobar sobre el terreno los proyectos de cambio y transformación pedagógica que se están llevando a cabo en las diferentes etapas educativas y con un alumnado diverso.
“Siempre trabajamos con una máxima: poco, bien hecho y compartido”, explica Simón Cortina, director del colegio claretiano Corazón de María CODEMA en Gijón, un centro que ha apostado por un cambio de rol en el alumno y el profesor encaminado al desarrollo de la autonomía y la responsabilidad conjunta desde la personalización del aprendizaje.
Este salto lo han logrado desde acercamiento a nuevas metodologías activas de aprendizaje como la estimulación temprana y bits de inteligencia, la aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples, el modelo de clase invertida, el lenguaje de programación Scratch….
Fomentar confianza y compromiso
“No sabemos cómo será el mundo en el futuro. Pero lo que sí tenemos claro es que el pensamiento crítico, la implicación con la sociedad y el compromiso para hacer un mundo más humano y fraterno es una línea que vamos a seguir trabajando”, defiende Rosa María Balaguer, directora del colegio Inmaculado Corazón de María ICM en Valencia, en una apuesta de innovación educativa “con alma”.
Comparte esta visión, Nuria Miró, directora del colegio barcelonés Monserrat, convencida de que “las escuelas han de ser ámbitos de confianza para tejer confianza en una sociedad que cada vez vemos más desmembrada”.