Asuntos candentes


Compartir

El libro ‘Eichmann antes de Jerusalén’ de la filósofa alemana Bettina Stangneth  ve ahora la luz en Italia y aborda unas cuestiones sobre las que, durante décadas, se ha forjado en una fuerte polémica. Su empeño en resolver este asunto candente con documentos en la mano se trata de una labor encomiable en tanto que saca a la luz una verdad poco conocida. Quizá el tema que afronta es más complejo de lo que se pudiera pensar, en tanto que refleja cómo  la verdad y el mentira están separadas de una manera más difusa que una simple oposición.

En primer lugar está la interpretación de Hannah Arendt  y su concepto de la banalidad del mal. Sin duda la pensadora -como de hecho reflejan todos los testigos en el juicio a Eichmann- se sorprendió cuando vio la imagen deliberadamente apacible y humilde del acusado, pero ciertamente no se limitó a elaborar a partir ahí su tesis sobre la personalidad del torturador.

De hecho, su idea de que la crueldad nace de “curiosa incapacidad para pensar” sigue vigente, incluso después de los resultados de Stangneth. De acuerdo con el planteamiento de Arendt, los hombres con frecuencia  no saben lo que piensan o lo que hacen. De esta manera, ignorarían la gravedad de su culpa y las consecuencias de sus acciones: confundiendo el mal y el bien, no prestando atención a los demás y convertiéndose en desconocidos para ellos mismos. Por desidia, mala conducta o ceguera, la conciencia se elude fácilmente toda responsabilidad y renuncia a su libertad interior.

Por otro lado, está el rechazo de muchos alemanes – y aquí entra la acusación que lanza Konrad Adenauer – para asumir  su propio pasado, un rechazo que el silencio sobre el caso Eichmann pone de manifiesto. Pero hay que tener presente que este rechazo no sólo estuvo motivado con la intención de encubrir  y salvar a los culpables. En el contexto de una posguerra larga y difícil, Alemania también era un país devastado y desgarrado que había que reconstruir, y para hacerlo posible exigía un proceso de paz que evitara nuevas divisiones, luchas internas y otros baños de sangre.