El Papa llegará el próximo lunes 15 de enero a Chile. Con este viaje apostólico, que también le llevará a Perú, serán 33 los países visitados por el Pontífice desde que fuera elegido Pontífice hace poco menos de cinco años. Francisco conoce Chile perfectamente, ya que vivió allí durante un año y medio en sus inicios en la Compañía de Jesús. Se trata de un país con aproximadamente un 74% de católicos, alrededor de 13 millones, según anunciaron hoy, 11 de enero, en una rueda de prensa en la Sala Stampa vaticana.
En primer lugar, el 15 de enero, el Papa saludará a la presidenta Bachelet en el aeropuerto pero no habrá un discurso de llegada, irá directamente a la Nunciatura, donde se hospedará. Será al día siguiente por la mañana, el 16, cuando se reúna en privado con las autoridades del país. Más tarde se desplazará al parque O’Higgins, el segundo más grande del país, donde celebrará la Eucaristía ante 600.000 fieles.
Reclusas, mapuches, académicos y jesuitas
La misma tarde del martes tiene programada una visita al centro penitenciario femenino de San Joaquín, donde actualmente están recluidas 600 mujeres. Allí escuchará el testimonio de la hermana encargada de la pastoral del centro y saludará a varias reclusas, cuyas familias podrán estar presentes durante el acto.
Después se trasladará en papamóvil hasta la catedral, donde se reunirá con obispos, sacerdotes y religiosos. Los obispos han decidido saludarle evitando largos discursos para dejarle más tiempo con los religiosos.
El día clave en la visita a Chile será el miércoles, ya que, según el programa, Francisco se desplazará hasta Araucanía, donde habitan unos 200.000 mapuches. Allí celebrará una Misa pública “por el progreso de los pueblos” que será adornada con cantos y bailes indígenas, tras la que el Papa almorzará con una decena de mapuches. Justo después se reunirá con jóvenes y dirigirá un discurso al mundo académico en la Universidad Pontificia. Como es costumbre en sus viajes, se reunirá en privado con varios jesuitas del país. Antes de volar a Perú se encontrará con diez enfermos y dos víctimas de la represión de los años 70, en el régimen de Pinochet. Esta cita tendrá lugar el 18 de enero en Iquique, una ciudad del norte chileno. Durante la presentación de la agenda del viaje, el portavoz vaticano Greg Burke no dio detalles pero dijo que le darían una carta a Francisco.
A Burke también se le preguntó si el Papa se reuniría con víctimas de abuso. Burke dijo que no había alguna reunión estaba planeada, “pero eso no significa que sea imposible”. Además añadió que estos encuentros es preferible que tengan lugar en privado y que era “claramente un tema importante” en Chile.
Perú: “Unidos por la Esperanza”
El primer día en Perú (con casi un 90% de católicos, 27 millones en total), el jueves, estará marcado por los encuentros con representantes del pueblo amazónico, que en palabras del portavoz Greg Burke “abre la ventana” al próximo Sínodo de la Amazonía. Habrá cantos y bailes tradicionales, así como testimonios, y el Papa presentará la ‘Laudato Si’ en las distintas lenguas locales.
Después del almuerzo, se dirigirá al Hogar Principito. En este centro hay alrededor de 40 menores en situación de vulnerabilidad, la mayoría de ellos son víctimas de explotación infantil y abusos físicos y sexuales. El Papa se encontrará con ellos y escuchará el testimonio de una chica que se crió en el centro. Esa tarde aterrizará en Lima y se reunirá con las autoridades. En principio estaba prevista una visita a uno de los barrios más pobres, pero, dado que no se podrá llevar a cabo, una orquesta formada por niños del mismo barrio tocará para el Papa en el palacio presidencial. Después tendrá lugar la reunión con los jesuitas peruanos, que cumplen 450 años en la zona.
Al día siguiente, celebrará una misa en la playa de Huanchaco, en Trujillo, región duramente castigada con las inundaciones provocadas por El Niño. Tras la Eucaristía con medio millón de personas, recorrerá parte de la ciudad en papamóvil, especialmente por el barrio de Buenos Aires, gravemente afectado por las inundaciones.
Esa tarde se reunirá con el clero del país y 5.000 personas en el Colegio Seminario de san Carlos y san Marcelo, así como con varios jóvenes de Scholas Occurrentes.
El 21 de enero, último día de la visita, irá al Santuario del Señor de los Milagros, donde hay 500 religiosas contemplativas. También se acercará a venerar las reliquias de varios santos peruanos, entre los que se encuentra san Martín de Porres, para finalmente reunirse con los obispos del país en el arzobispado. A las 12, se asomará a la plaza de Armas para rezar el ángelus, igual que hace todos los domingos en Roma. Antes de volver a Santa Marta, celebrará una última Misa en el aeropuerto.