Es el caso de la Junta Nacional de Pastoral Familiar, que estuvo reunida este fin de semana en el Colegio Máximo, de la localidad bonaerense de San Miguel, para analizar las líneas de acción y para planificar el trabajo pastoral de estos meses venideros, en todo lo referido a la familia, la niñez, la adolescencia y los adultos mayores.
La Junta reúne a los delegados de cada diócesis, así como también a sus asesores eclesiásticos. Además están convocados los presidentes de los movimientos laicales nacionales.
El lema que lo acompañará, durante todo el año será: “Acompañemos renovada y esperanzadamente a los jóvenes a redescubrir la alegría del Amor que los hace familia”.
El encuentro estuvo orientado a reflexionar sobre una renovada y esperanzada manera de acompañar a los jóvenes, inspirados en la exhortación postsinodal Amoris Laetitia, y en consonancia con el próximo Sínodo que prepara la Iglesia bajo el título “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.
El Comunicado
Este es el texto elaborado se titula: “La vida humana es bella y hay que cuidarla”
“Reunidos en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, los integrantes de la Junta Nacional de Pastoral Familiar, conformada por los delegados regionales y diocesanos de dicha pastoral, por los presidentes de movimientos de familia de alcance nacional y los respectivos asesores eclesiásticos, expresamos nuestra alegría por el don de vida humana y, muy especialmente, por la vida concebida y gestada con amor en la familia.
Nos sentimos identificados con la reciente Declaración de la Comisión Ejecutiva del nuestro episcopado, en la que se reconoce la verdad, el bien y la belleza que significa el don de la vida humana, y al mismo tiempo, se manifiesta la cercanía y solidaridad ante el dolor que causa una vida no deseada, consecuencia frecuente de abusos y violencia hacia la mujer.
Estamos convencidos de que los argentinos somos capaces de salvar y cuidar toda vida humana que atraviesa períodos de vulnerabilidad y angustia. Jamás deberíamos permitir que nos sometiera el pensamiento de eliminar una vida para salvar otra. Juntos podemos optar siempre a favor de la vida humana, sobre todo allí donde la misma se encuentre amenazada.
Somos creyentes en el Dios de la Vida. Por eso, junto con todos los hombres y mujeres que valoran la vida humana a partir de los argumentos que aportan la ciencia y la razón, y las leyes vigentes y constitucionales que rigen sobre este tema, expresamos nuestro compromiso incondicional de cuidar, defender y promover la vida humana desde el instante mismo de la concepción, y en todas las circunstancias en las que esa vida se encuentre en riesgo”.
San Miguel, 25 de febrero de 2018
Junta Nacional de Pastoral Familiar