Veinte detenidos, diez policías heridos y la quema de un coche policial. Parece el parte de una refriega bélica. Aunque la realidad dice que se trata del alocado fin de “fiesta” que en Pozuelo de Alarcón (una acomodada localidad madrileña) protagonizó el pasado fin de semana un grupo de jóvenes y adolescentes a la conclusión de su botellón. Horas después, ya en libertad, esos jóvenes se reunieron y rememoraron jovialmente los detalles de su “hazaña”. Si tristes son las noticias de altercados juveniles protagonizados por elementos marginales, como los que se vieron en los barrios parisinos a cargo de descendientes de inmigrantes que reivindicaban una oportunidad, es demoledor ver el disfrute vacío de unos revolucionarios sin causa. ¿Qué educación les damos?
En el nº 2.674 de Vida Nueva.
