Los obispos chilenos están haciendo las maletas para viajar en los próximos días a Roma, donde les espera el papa Francisco para tratar con ellos la profunda crisis que vive la Iglesia en el país austral debido a los casos de pederastia en el clero y el repetido encubrimiento de los mismos. La Santa Sede ha pedido a los prelados que estén disponibles del 14 al 17 de mayo.
La próxima visita al Vaticano de los miembros de la Conferencia Episcopal Chilena (CECH) llega después de la dura carta que les envió en el Pontífice en abril tras leer el informe realizado por el arzobispo maltés Charles J. Scicluna y el sacerdote catalán Jordi Bertomeu, a los que envió al país latinoamericano para que investigaran el supuesto encubrimiento que el obispo de Osorno, Juan Barros, habría realizo de los abusos cometidos por el sacerdote pederasta Fernando Karadima.
Los obispos pagarán el viaje y la estancia
En aquella misiva Francisco manifestaba su deseo de recibir en Roma tanto a las víctimas de Karadima, con las que se vio la semana pasada, como a los miembros de la CECH. Les pedía ayuda para discernir las medidas que “a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”.
Según fuentes del episcopado chileno citadas por el diario ‘La Tercera’, los obispos de aquel país tendrán que correr cada uno con los gastos derivados de su viaje y estancia en Roma. Entre los prelados citados por el Papa está el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago de Chile y miembro del Consejo de Cardenales (C-9), el grupo de nueve purpurados que asesoran al Pontífice en el gobierno y la reforma de la Iglesia. Errázuriz ha sido acusado por las víctimas de Karadima de tapar aquellos abusos para intentar evitar que se le abriera un proceso canónico. También se espera en el Vaticano al cardenal Ricardo Ezzati, actual arzobispo de Santiago.
Entre los alrededor de 30 obispos que participarán en las reuniones con el Papa está Francisco Javier Stegmeier, titular de la diócesis de Villarrica, que en su último mensaje semanal pidió que ante esta “compleja y dolorosa realidad” no se cayera en la tentación de “reducir las explicaciones y soluciones a un nivel puramente humano, pues estamos en presencia de la debilidad humana, del pecado personal y de la acción del demonio”.