Como cada año, la Comisión Episcopal de Migraciones convoca a todos sus delegados diocesanos para compartir unas jornadas de convivencia y reflexión. El encuentro de este año, bajo el lema La acogida cristiana a emigrantes y refugiados, tendrá lugar en El Escorial (Madrid), del 7 al 9 de junio.
Como explica a Vida Nueva el jesuita José Luis Pinilla, responsable del organismo episcopal, uno de los puntos fuertes de las jornadas será analizar los resultados de una encuesta que se ha enviado a todas las diócesis con el fin de analizar cómo desarrollan su acogida a los migrantes y refugiados. Por ahora, a falta de recibir aún la mayoría de las respuestas de los delegados, Pinilla se manifiesta satisfecho con unos datos que reflejan que este reto es prioritario en la Iglesia española.
Acoger, proteger, promover e integrar
Así, el plan pastoral diseñado por la comisión para el próximo trienio “busca trabajar de un modo concreto la llamada que nos hace el papa Francisco y que se puede resumir en cuatro verbos: el primer año, el protagonismo está en acoger; el segundo, en proteger; el tercero, en promover e integrar”.
Otro aspecto relevante de las jornadas es que, por primera vez, se ha invitado al director general de Migraciones, Ildefonso de la Campa Montenegro, “quien nos contará cómo se articula la respuesta de la Administración en materia de acogida”. Además, el representante político podrá conocer de primera mano la respuesta eclesial, a través de una exposición del documento Acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados forzosos (elaborado por Cor Unum en 2013), una charla del teólogo José Cervantes Cabarrón (quien disertará sobre la acogida al extranjero en la Sagrada Escritura) o las experiencias directas de las vedrunas en Ceuta, del sacerdote Jorge de Dompablo en Madrid o la Delegación de Migraciones en la Diócesis de Alicante.
Trabajo en red y denuncia de la criminalización
Sin duda, apunta Pinilla, una clave esencial del encuentro será “el énfasis en la necesidad de trabajar en red, colaborando las diócesis con todo tipo de entidades con mucha experiencia en la acogida”; algo en lo que destacan iniciativas ecesiales como los Círculos del Silencio o la red Migrantes con Derechos, así como acciones diocesanas con mucha incidencia social, como las llevadas a cabo en Cádiz, León, Valencia, Valladolid, Burgos o Alicante.
Otro aspecto significativo sobre el que se reflexionará, como concluye el responsable de Migraciones del Episcopado, es “la denuncia de la criminizalización que últimamente, desde ciertos ámbitos legalistas, se impone en la UE contra quienes atienden a los migrantes y refugiados, estableciendo una línea difusa en la que se los acusa de tratantes de personas”.
Una situación que, últimamente, han sufrido la activista Helena Maleno o el responsable del barco Proactiva Open Arms, Óscar López, con quienes la Comisión Episcopal de Migraciones mantiene estrechos contactos para mostrarles su “apoyo”.
