La decisión que puedan tomar los obispos alemanes afectará mucho a Maria Herrmann. Su madre es protestante y su padre católico. Ambos están muy involucrados en su comunidad católica, pero, durante la misa, cuando llega el momento de tomar la comunión, la madre siempre se queda en el banco porque no tiene permitido recibir la Eucaristía. Eso podría cambiar ahora para los numerosos matrimonios entre protestantes y católicos que hay en el país.
En su última Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal Alemana debatió un documento pastoral titulado ‘Caminando con Cristo, matrimonios mixtos y participación común en la Eucaristía’. Tras su redacción, más de las tres cuartas partes del Episcopado aprobaron dicho texto. Sin embargo, siete obispos diocesanos no creyeron oportuno dar su consentimiento, ya que consideran que se trata de un asunto de responsabilidad de la Iglesia universal, según escribieron en una carta dirigida al Vaticano solicitando una aclaración.
Deseable unanimidad
A instancias del papa Francisco, se acordó celebrar una reunión entre algunos prelados y altos cargos de la Santa Sede. En el encuentro, que tuvo lugar días atrás, hasta seis obispos germanos y el secretario de la Conferencia Episcopal se entrevistaron en Roma con cuatro destacados miembros de la Curia. Donde una vez Galileo o, siglos después, Boff tuvieron que defender sus polémicas tesis, los asistentes a la cita debatieron durante tres horas y media. Aunque, en esta ocasión, nadie estaba sentado en la silla de los acusados. Fue, más bien, una mesa redonda, donde todos tuvieron la oportunidad de expresar su punto de vista.
Tras el encuentro, el Vaticano evitó pronunciarse sobre esta discrepancia dentro del Episcopado alemán para determinar si los protestantes casados con católicos pueden comulgar junto a su cónyuge, e invitó a acordar una solución aprobada por unanimidad. De hecho, el papa Francisco quiso que fueran los propios obispos del país quienes alcancen, “a poder ser de forma unánime”, una solución. “Todo resulta muy incierto –dice a Vida Nueva el responsable de prensa del obispado de Ratisbona, Clemens Neck–. Nadie, ni los obispos, saben cómo se desarrollará el tema”. La decisión, mientras tanto, sigue dividiendo profundamente a la jerarquía alemana.