El segundo sábado de mayo se celebra el Día Mundial del Comercio Justo y alrededor de esta celebración se juntarán miles de personas de más de 50 localidades españolas. El movimiento global del comercio justo, convocante de esta jornada recuerda que “es posible garantizar una vida digna para todos los habitantes del planeta y frenar la degradación medioambiental“. Teniendo en cuenta que Naciones Unidas, dentro de los Objetivos de Desarrollo sostenible figura el fomento del consumo responsable y una producción más sostenible.
Explotación aún presente en el siglo XXI
El sufrimiento de muchas personas está motivado por nuestra manera de consumir, que causa las “insoportables formas de explotación, aún presentes en pleno siglo XXI”. Por eso la plataforma interdiocesana de comercio junto quiere recordar que “no es circunstancial o una práctica aislada”. Sino que, “la obtención del máximo beneficio económico, regla que rige nuestro sistema, impone la depreciación de los recursos naturales y la explotación laboral”, lo que imposibilita el cumplimiento de los Derechos Humanos y el cuidado del medio ambiente.
Para poder combatir estos problemas desde la plataforma exigen a gobernantes el “desarrollo de políticas públicas para el cuidado de todos, especialmente los más vulnerables”. Pero también requiere una apuesta de la sociedad por “otro modelo económico y comercial”, donde “los Derechos Humanos y del medio ambiente, donde los cuidados y los derechos, estén en el centro de nuestra actividad económica”.
Cáritas y el comercio justo
La confederación confesional tiene como uno de sus ejes la opción por el comercio justo, que se basa en un modelo de economía solidaria, de la mano del empleo inclusivo. Permitiendo que, como expresa Francisco, se pueda poner en el centro a la persona. Opciones que llevas a cabo a través de la Red Interdiocesana de Comercio Justo, que está integrada por 39 Cáritas diocesanas, que disponen de 20 tiendas y 57 puntos de venta en toda España.
Estas tiendas distribuyen los productos que generan diversas cooperativas artesanales de varios países del sur con las que Cáritas tiene relación. Esto permite visibilizar, de cara al consumidor, a las personas y procesos que hay detrás de cada artículo que se consume. Lo que se articula en que “la principal actividad de la Red Interdiocesana de Comercio Justo de Cáritas es la sensibilización y la transformación para un consumo más responsable“.