A menos de una semana de las elecciones presidenciales, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha reiterado su posición a través de un comunicado difundido ayer, 14 de mayo, pidiendo públicamente, de nuevo, postergar los comicios “por el bien del país”, ante la crisis que afecta principalmente a las personas y a las familias más vulnerables.
En su mensaje, la presidencia de la CEV recuerda y ratifica lo expresado el pasado 23 de abril: “Ante problemas humanos de tal magnitud, se deslegitima la realización de las elecciones presidenciales, convocadas para el próximo 20 de mayo”.
Los pobres, los más afectados
En Venezuela, denuncian los obispos, se va entrando en una espiral de conflictos que “tiene su raíz en la crisis generalizada que se vive en el país, crisis que afecta poderosamente a los pobres, los campesinos, los obreros, los enfermos, los ancianos, los indígenas y los niños”, pero que “también la sufren los profesionales, los estudiantes y las instituciones en general”.
En las elecciones de gobernaciones y alcaldías celebradas en 2017, la hegemonía del partido del gobierno se hizo presente en medio de denuncias de ventajismo. Aún así, el oficialismo ‘arrasó’ mientras que los problemas persisten. No en vano la CEC señala que “esta realidad no ha sido atendida ni por el gobierno nacional ni por los gobiernos regionales, y clama al cielo el deterioro creciente que sufre el pueblo”.
Indiferencia ante la campaña electoral
“Consecuencia directa de esto es la indiferencia ante una campaña electoral que no ha tenido emociones, ni proyecto país, ni un número considerable de seguidores. En el fondo, el pueblo entiende que la convocatoria a estas elecciones ha sido hecha con tanta antelación por ventajismo e intereses políticos, además de ser ilegítima por el ente que la convocó”, puntualizaron los obispos.
Con una oposición dividida entre abstencionistas y no abstencionistas, el gobierno de Maduro compite con el disidente chavista Henry Falcón y con el pastor evangélico Javier Bertucci.
Sin embargo, la Iglesia venezolana ratifica que estas elecciones “tal como están concebidas, sin las suficientes garantías que identifican todo proceso electoral libre, confiable, transparente, con innumerables inhabilitaciones de posibles candidatos, lejos de aportar una solución a la crisis que vive el país, pueden agravarla y conducirlo a una catástrofe humanitaria sin precedentes. Por tanto, es urgente su postergación para el último trimestre del año”.
“La democracia y sus valores se perfeccionan si las condiciones de convivencia, de desarrollo y de la vivencia del bien común favorecen a todo el pueblo”, concluyen los obispos en su comunicado.