"Sueño con una Iglesia que incluya mujeres capaces de actuar como jueces en todos los tribunales en los que se examinan los casos matrimoniales, en los equipos de formación de los seminarios, o para ejercer ministerios como el de escucha, de dirección espiritual, de pastoral de la salud, cuidado del planeta, defensa de los derechos humanos, y otros para los que las mujeres, por nuestra propia naturaleza, estamos dotadas exactamente igual, y en ocasiones incluso más, que los hombres".