“Necesitamos derechos humanos, democracia y cultura de paz y no violencia”. Esta fue la reivindicación que lanzó Federico Mayor Zaragoza durante la presentación en Madrid de ‘Recuerdos para el porvenir’ (PPC), en el que repasa su relación con grandes personalidades internacionales, desde Nelson Mandela a Teresa de Calcuta.
“Para lograr la paz, es necesario que como sociedad seamos capaces de superar el miedo”, reflexionó el que fuera director general de la UNESCO en el Ateneo de Madrid, convencido de que “por primera vez en la historia tenemos que atrevernos a vernos llamados a la rebelión ante las injusticias, como señala la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
Adentrarse en las raíces
“Las actuales generaciones confunden el dato con el conocimiento, quedándose en la superficie. Sin embargo, Mayor Zaragoza es el ejemplo de cómo se puede y se debe profundizar, adentrarnos en la vida interior, en la raíz de las cosas”, elogió el presidente del Ateneo, César Navarro. En esta misma línea, el bibliotecario de la institución, Daniel Pacheco, le presentó cómo “merecedor de muchos homenajes como científico, humanista y político”. A partir de ahí, repasó alguno de los retratos que elabora Mayor Zaragoza alternando prosa y poesía, deteniéndose en perfiles como el de Rigoberta Menchú, José Luis Sampedro, Ramón Areces, Yasser Arafat, Don Juan Carlos y Doña Sofía, Jane Fonda o la reina Sirikit de Tailandia.
Para Yolanda Valdeolivas, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, el autor es “un renacentista en el más noble sentido de la palabra que, a través de este libro no nos muestra vivencia que uno relata como un observador neutral, sino que se mete de lleno en cada historia”. “Gracias por no callar, por hacernos partícipes de tus sueños y proyectos, porque a través de estas páginas nos haces partícipes, no de valores abstractos sino encarnados”, añadió Manuela Mesa, codirectora de Demospaz.
Por su parte, Pedro Miguel García, director de PPC España, también remarcó cómo el libro de Mayor Zaragoza no es ni mucho menos “superfluo, sino que habla de valores, de un pasado que tiene que ser propuesta para las nuevas generaciones”.
