Después del extraordinario y desbordante éxito de ‘Imperofobia y leyenda negra’ (Siruela) –y del rigor y la lucidez con el que explica las raíces de la hispanofobia–, la profesora María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) publica un libro de relatos literarios, ‘6 relatos ejemplares 6’, que prolonga esa línea de investigación histórica: “Mis relatos muestran algunas realidades que creo necesario conocer, porque la aceptación incuestionable de la supremacía moral del protestantismo frente al catolicismo está muy lejos de corresponder a ninguna realidad –afirma–. Digamos que si hay que buscar alguna supremacía moral en algún sitio, estamos en tablas. Y si hay que desempatar, la supremacía moral no está del lado protestante, eso se lo aseguro”.
Los seis relatos prorrogan las evidencias históricas destapadas en ‘Imperofobia’ y merodean, sobre todo, por la cuestión religiosa, el enfrentamiento que sesgó Europa en el siglo XVI y XVII. “Conforme fui escribiendo ‘Imperofobia’ me tropecé con muchas historias interesantes, que eran personales o afectaban a hechos históricos muy importantes. No era el contexto más adecuado para poderlas contar, así que las fui almacenando porque aquellos personajes me interesaron muchísimo”.
El estilo literario, sin embargo, no se contrapone con la verdad histórica. Roca no aspira a ella, sino que la expone rotundamente. “Espero que sirva para comprender algunas cosas, al menos para superar la llaga moral con la que los católicos han vivido en gran parte por culpa de la Iglesia de Roma, sin lugar a dudas –manifiesta a Vida Nueva–. Y como la Iglesia de Roma no parece que vaya a contribuir nunca a que esta situación de complejo y de inferioridad moral aceptada se supere, es evidente que los pueblos de cultura católica lo tenemos que hacer por nuestros propios medios”.
La catolicofobia tras la irrupción de Lutero
Roca reincide en la imperofobia, en la hispanofobia, en la leyenda negra de la Inquisición, pero también en la catolicofobia que tiene como origen la irrupción de Lutero: “Atañe a los españoles, los portugueses, los italianos, los irlandeses, y todos los afectados por esta especie de supremacismo moral que el protestantismo ha impuesto, entendiendo como que solo ellos tienen ética del trabajo y que, poco más, han inventado la prosperidad, el capitalismo y la democracia, la tolerancia y la libertad de pensamiento y conciencia. Cuando es una falsificación absoluta de la historia”.
Roca, que ha impartido clases en la Universidad de Harvard, se ha refugiado como profesora de instituto en Alhaurín de la Torre (Málaga), para entregarse a una investigación histórica en la que el peso de la religión es sobresaliente: “Difícilmente en el siglo XVI o XVII el peso de la religión puede ser pequeño –expone–. Estaba en la vida, en todos los ámbitos de la existencia. Entonces, digamos que afectaba a otros ámbitos, como el político. Es muy difícil sacarlo de la vida cotidiana o de la vida sociopolítica en esos siglos. Modernamente, la religión ha acabado siendo una página muy pequeña o inexistente en la vida, pero entonces era muy importante, tanto social como individualmente. Por tanto, su presencia es enorme”.