La inversión que la Iglesia hace en la educación de orientación católica se multiplica por cuatro cuando se calcula su retorno a la sociedad. De esta manera, los 4.866 millones de euros invertidos durante el año 2016, han revertido en el conjunto de la ciudadanía en una inversión calculada en 19.735 millones de euros, según hecho público en rueda de prensa, en la mañana de este lunes, 28 de mayo, en Madrid, la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal Española.
De esta manera, las actividades educativas de orientación católica en España generan 4,1 euros de beneficio para la sociedad por cada euro invertido, según el informe realizado por la consultora PwC, que ha utilizado la metodología SROI (‘Social Return on Investiment’), que calcula el retorno a la sociedad de la inversión realizada –en este caso, en educación– atendiendo a tres factores cuantitativos: la contribución que realizan los ahora estudiantes a la Seguridad Social a lo largo de su vida laboral (en su valor actual); su contribución a través del IRPF; y el salario percibido, que repercutirá también en el desarrollo y riqueza de la sociedad, según señaló María Luz Castilla, de PwC.
Del desglose de este estudio–que forma parte de la Memoria Anual de Actividades de la Conferencia Episcopal, que se presentará a mediados de junio–, en el ámbito no universitario (Primaria, Secundaria y Bachillerato) los centros educativos católicos retornan a la sociedad 14.252 millones de euros, cuando han recibido, a través e que subvenciones públicas, cuotas educativas y otros recursos aportados por cada estudiantes, de 4.298 millones de euros, con lo cual la estos centros devuelven a la sociedad 3,3 euros por cada euro invertido.
2.591 colegios, 15 universidades y 1,5 millones de alumnos
En cuanto a la enseñanza universitaria de inspiración católica, el dato es casi diez veces superior (9,6 euros por cada euro), dado que si la inversión realizada en estos centros fue de 568 millones, el retorno social fue de 5.483 millones, atendiendo a la contribución realizada a través de la Seguridad Social, el IRPF y los salarios netos.
Esta impacto socioeconómico –según puso de relieve Ester Martín, directora de la Ofician de Transparencia– se debe gracias a la labor que desarrollan los 2.591 centros de educación no universitaria –con 1,5 millones de alumnos y 102.476 docentes– y las 15 universidades vinculadas a la Iglesia, que tiene a 87.425 alumnos matriculados.