Hablar de religión y dinero es compatible. Lo certifica Borja Barragán, fundador de Altum Faithful Investing, una empresa de asesoramiento financiero con una peculiaridad: solo invierte de acuerdo a la Doctrina Social de la Iglesia. Experto en Pastoral Familiar, hace tres años decidió dejar su trabajo en banca de inversión para poner sus dones al servicio de instituciones católicas. Dos años después, ha sacado al mercado el primer fondo de inversión católico de nuestro país, con el que quiere demostrar que se puede invertir de forma cristiana y que esas inversiones no conllevan una menor rentabilidad.
PREGUNTA.- ¿Qué hace Altum Faithful Investing por la Iglesia?
RESPUESTA.- Nuestras dos principales vías de trabajo son el asesoramiento de personas que quieran invertir su patrimonio de acuerdo a la Doctrina Social de la Iglesia y el asesoramiento de vehículos de inversión, porque nos hemos dado cuenta de que cuando alguien quiere invertir de forma católica, no hay un producto al que sea fácil acceder. Nuestro objetivo es crear una mayor oferta de productos de inversión que cumplan con los valores católicos, al igual que hay fondos de inversión que cumplen con la Sharia o con la Torá. Luego, el 100% de los beneficios son destinados a proyectos de evangelización.
P.- Usted dejó un trabajo estable para lanzarse a este proyecto…
R.- El origen de Altum viene por un proceso de transformación personal. En 2014, mi mujer y yo comenzamos un master en pastoral familiar, porque hemos estado involucrados en parroquias con grupos de matrimonios. El master supuso un revulsivo profesional. Entre los alumnos había religiosos que, sabiendo que trabajaba en banca de inversión, me pedían que les echara una mano. Comprobé que no había coherencia entre las carteras de inversión de las instituciones y la moral que se presupone. Y no de manera voluntaria, sino por falta de formación. Tras mucho discernimiento, decidí dar el paso.
P.- ¿Es complicado invertir en cristiano hoy?
R.-Es difícil, por eso nació Altum. Pero creo profundamente en ello, porque con los bienes se puede evangelizar. Algo tan alejado de la espiritualidad como es el acto de invertir puede ser una manera de dar testimonio. Solo el hecho de que como católico dejes de invertir en una serie de factores productivos y lo cuentes, ahí estás evangelizando. Por eso, invito a los inversores católicos a que no se queden en las inversiones convencionales, sino que se atrevan a dar un paso. Además, es un mito que invertir con criterios morales implique renunciar a rentabilidad.
P.- ¿Y no corremos el riesgo de ser cómplices de la especulación?
R.-El componente principal de la especulación es el horizonte temporal en el que lo haces, porque la especulación busca un beneficio en un plazo de tiempo muy corto y prácticamente sin asumir riesgos. Y las inversiones por las que apostamos nosotros son todas a largo plazo.
