Los menores de 25 años que no creen en Dios ni profesan religión alguna ya son mayoría. Según datos de la Fundación Ferrer i Guàrdia, publicados por El Periódico, un 53,5% de los jóvenes españoles son no creyentes, superando por primera vez a los creyentes de esta franja de edad. De hecho, el porcentaje de creyentes crece según la edad de la muestra de población, siendo la franja más religiosa la de los mayores de 65 años, con un 93,3% de creyentes.
Las diferentes regiones también muestran diferencias significativas. Así, Cataluña es la comunidad autónoma menos creyente, con un 39% de personas no religiosas, seguida por el País Vasco, Baleares y Navarra. En el otro extremo está la Comunidad de Murcia, con un 91% de creyentes, junto con Aragón, Castilla la Mancha y Extremadura.
Esta secularización se plasma en la caída en desuso de los sacramentos en beneficio de ceremonias civiles: en 1996 un 76% de las bodas eran religiosas, en 2017 solamente el 27,5%. También influye en asuntos tan graves como la opinión sobre el aborto, en favor del cual están más del 70% de no creyentes frente al 40% de católicos y 26% de creyentes de otras religiones.
“Los abusos no son un asunto de liberales contra conservadores”
El jesuita Hans Zollner es uno de los mayores expertos con los que cuenta la Iglesia en la lucha contra los abusos a menores. Es el director del Centro de Protección de Menores de la Universidad Gregoriana de Roma y miembro de la Pontificia Comisión de Protección del Menor. Por tanto, su voz debe ser tenida en cuenta cuando dice que el problema de los abusos sexuales en la Iglesia y su encubrimiento “no es un asunto de liberales contra conservadores”.
En entrevista con Crux, ha asegurado que para él se trata de un problema mayor, “es un asunto de quiénes somos como Iglesia”. Se ha referido particularmente al caso de Karadima y su encubrimiento, en el que “algunos de los que afirman defender la Iglesia y su doctrina se portaron de una forma descaradamente contraria, destruyendo a credibilidad de la Iglesia”.
También ha reconocido que cierto clericalismo radical –de nuevo, tanto conservador como liberal– “que entiende que como sacerdote tienes poder sobre conciencias y vidas, y con ese poder santo puedes hacer y decir lo que quieras”, ha contribuido a crear ambientes propicios para el abuso de cualquier tipo. Finalmente, ha afirmado que ahora mismo la mejor solución es la transparencia, ya que paradójicamente “admitir tus errores te hace más auténtico y creíble que cuando intentas esconderlos”.
Barros, dispuesto a colaborar con Scicluna
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos, dio a conocer ayer, 31 de mayo, a los medios la carta que el Papa ha enviado al pueblo chileno. Durante la rueda de prensa que ofreció, aseguró desconocer el paradero del obispo de Osorno, Juan Barros, del que dijo que “no le veo desde que estuvimos en Roma”.
Según informa Ahora Noticias, ante la inminente visita del arzobispo Scicluna y Jordi Bertomeu a la diócesis de Osorno, el titular de la misma ha querido atajar los posibles rumores sobre su ubicación con un comunicado breve y claro a través de la web del obispado: “Hemos recibido la noticia que en los próximos días, de acuerdo con el Papa Francisco, vendrán en misión a la diócesis de Osorno Charles Scicluna y Jordi Bertomeu.
“Manifestamos nuestra gratitud al Santo Padre por su preocupación y deseos de bien para todos, rezamos a Dios especialmente y nos disponemos a colaborar para los buenos frutos de este generoso esfuerzo”, apuntó el obispo Barros.