José Mazuelos a los transexuales: “Dios os ama profundamente”

Transexualidad

El 75% de los niños que manifiestan querer cambiar de sexo no siguen con este deseo cuando llegan a la pubertad. Es el dato que aporta el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, para orientar a padres y catequistas sobre qué hacer cuando un niño quiere cambiar de género. Y lo recoge en un díptico escrito de su puño y letra, y que, como médico, ha puesto a disposición de todos los obispos del Sur de España.

¿Y por qué son necesarias estas orientaciones? “Porque hay bastante desconocimiento sobre la transexualidad, tanto a nivel social como intraeclesial”, subraya el prelado en conversación con Vida Nueva. Y añade: “Falta en la sociedad concienciación y, lo más preocupante, es que los instigadores de la ideología de género están utilizando a estas personas para imponer una antropología más que discutida y, sobre todo, impidiendo una razonable búsqueda de cómo encontrar el mejor equilibrio psicofísico para las personas con disforia e ignorando que no toda disforia infantil tiene que acabar con la reasignación hormonal y quirúrgica del sexo”.

“Una persona que necesita nuestro apoyo”

Los dos principales consejos que Mazuelos ofrece a los padres que se encuentren con hijos en esta situación son: “Llevarlo a que lo examine un buen psiquiatra y un buen psicólogo para descartar que se trate de una llamada de atención por parte del niño” y, “en caso de estar ante una transexualidad, comenzar con el procedimiento médico adecuado”. En el caso de los catequistas, el obispo fija tres pasos en la atención a un menor que manifiesta el deseo de cambiar de género y vestir del sexo contrario. En primer lugar, “hay que reunirse con los padres e informarles de la verdad científica”. En segundo término, “verificar lo más objetivamente posible que existe tal disforia”. Y, por último, “hablar con los otros padres de catequesis para concienciarles de que estamos ante una persona que sufre y necesita nuestro apoyo”.

Mazuelos recalca que “todas las personas, sea cual sea su orientación sexual, merecen respeto y es justo evitar discriminaciones”, porque “las personas transexuales han sido creadas a imagen y semejanza de Dios y poseen una identidad fundamental: ser criaturas y, por gracia, hijos de Dios, herederos de la vida eterna. Asimismo, subraya que “las personas transexuales están llamadas, en Jesucristo, a una vocación de santidad y amor y a realizar la voluntad de Dios en su vida”. De hecho, “hay muchos transexuales que están en la Iglesia y la fe les ayuda en su vida”, explica. Y a los alejados, les recuerda que “Dios les ama profundamente”.

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