Existe en la realidad diaria una asociación cuya actividad junta a los partidarios pro-vida con los ‘pro-choice’: son los Cav, es decir los centros de ayuda a la vida que hacen tangibles, para las mujeres embarazadas en condiciones difíciles y complicadas, la posibilidad de decidir qué hacer. La ley 194 ha activado de hecho solamente la parte relativa a la posibilidad de abortar: Para aquellas que dudan se concierta –aunque no siempre– una apresurada conversación con un psicólogo.
La constelación de los Cav –ahora hay 349 en toda Italia, y salvan del aborto a una media de 7.000 bebés al año– en cambio, se propone ayudar a estas mujeres desde todos los puntos de vista, desde las malas condiciones de vida y el trabajo precario hasta las dificultades cotidianas y los temores psicológicos. No se trata de cruzados contrarios al aborto, sino de personas normales, con sentido común y generosas. Las mujeres que querrían tener el hijo pero no pueden, reciben así ayuda para resolver gran parte de los problemas que su situación comporta, y se hace un seguimiento en los años sucesivos. Incluso por largos períodos.
‘Mujeres en busca de problemas’
Ya en el 2002 esta experiencia fue narrada en un libro –con prólogo de Claudio Magris– donde se contaban las historias de maternidades difíciles que se resolvían gracias a los Cav, y ahora el editor Gianni Mussini, que estudia y enseña lengua italiana, ha publicado una versión más rica, ‘Mujeres en busca de problemas. Aventuras de maternidad’ (‘Donne in cerca di Guai. Avventure di maternità’. Ediciones Novara) que contiene artículos y entrevistas recopiladas a lo largo de 15 años, todo centrado en el tema de ayuda a la maternidad.
Artículos y entrevistas escritos también por personas que en teoría no son contrarios al aborto, pero que aún así prefieren la vida y aprecian la labor de estos centros. Mujeres que lo han experimentado y han sabido escoger la maternidad, como Ornella Vanoni, hombres cuyas madres no han querido abortar, como Andrea Bocelli, el tenor ciego.
Entre estos eventos presentes o pasados, destaca uno de extraordinaria importancia: el aborto dramático y sufrido, siempre lamentado, por Dorothy Day, recientemente declarada venerable (y esperamos que pronto beata). Una santa que sufrió y se arrepintió de su aborto juvenil constituiría para todas las mujeres un ejemplo extraordinario de la misericordia de la Iglesia, de la capacidad de retornar a las fuentes evangélicas del perdón. Y nadie sabe como los voluntarios de Cav, que salvan tantas vidas, lo importante y significativo que sería, cómo esta atención a las angustias de las mujeres embarazadas ayudaría a dar a luz a otros seres humanos.