A las 10:30 de hoy, 25 de julio, ha entrado a la catedral de Santiago de Compostela por el restaurado pórtico de la Gloria una comitiva encabezada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio, y compuesta por el cardenal Óscar Andrés Maradiaga, ocho obispos, caballeros de las cuatro órdenes militares, más de cuarenta sacerdotes, incluyendo superiores provinciales de distintas congregaciones, y las autoridades civiles, entre las que destacan el presidente de la Xunta, Alberto Núñez-Feijóo, y el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices, quien este año ha sido el encargado de hacer la ofrenda al santo en nombre del Rey. Ha dado así comienzo la Misa de Santiago patrono de España en el día de su fiesta.
El primero en tomar la palabra ha sido el canónigo José Fernández Lago, quien ha destacado que a pesar de que el camino de Santiago cada vez parece tener un sentido más turístico y cultural que de penitencia, “está creciendo el número de quienes iniciando su camino como turistas llegan a la catedral como peregrinos, y nos llenamos de gozo por percibir en ellos un auténtico amor cristiano”.
Discurso de ofrenda al Santo
En primer lugar, Santalices ha felicitado a todos aquellos que han participado en la reciente restauración de “esta capilla Sixtina del románico” que es el pórtico de la Gloria, así como al arzobispo de la ciudad, quien celebra 25 años desde su ordenación episcopal (22 al frente de la Archidiócesis de Santiago). Ha pedido al santo patrón una España “capaz de encontrar un camino de concordia donde la diversidad de cualquier tipo sea un factor de riqueza y no enfrentamiento, en la que todos gocemos de los mismos derechos con independencia de edad, raza o lugar de residencia”.
Mentando los casos de corrupción que han sacudido a la clase política, ha pedido al Apóstol la fuerza para que pidan disculpas “que es algo imprescindible, como también lo es encontrar caminos de prevención que impidan repetir estos errores en el futuro”. Ha querido reivindicar “desde el respeto a la libertad religiosa”, que Occidente y Europa “son tributarios del humanismo cristiano”, tras lo que ha destacado “la ayuda, siempre en silencio, de organizaciones como Cáritas o Médicos sin Fronteras y muchas otras ONG” que ayudan a aliviar el dolor de enfermos y a buscar una vida mejor a los inmigrantes.
Política migratoria y cuidados paliativos
Ha pedido a Santiago que ilumine a los dirigentes para solucionar la crisis demográficas y el abandono del medio rural, así como para encontrar “una política migratoria consensuada entre los estados”. No se ha olvidado de pedirle por España e Hispanoamérica, donde hay una gran devoción hacia él. También ha aseverado que los cuidados paliativos al final de la vida son un deber moral de todas las personas, así como cuidar la naturaleza, un “mandato ético inexcusable” en referencia a los incendios que actualmente azotan Grecia y que tan comunes son en Galicia en verano.
Ha dedicado un momento para pedir al Santo por los jóvenes “que no entienden la vida sin móvil, lo que abre oportunidades pero entraña grandes riesgos” para que se eduquen en valores humanos y tengan un futuro estable, y por la “violencia de género que no nos cansamos de condenar” y la lucha contra ella, que “tiene que empezar en casa y en la escuela“. Finalmente, se ha acordado “de todos los que no están, las víctimas del accidente de Angrois y del terrorismo” pidiendo que “perpetuemos y honremos su memoria”.
Respuesta del arzobispo
Tras las palabras del oferente ha llegado la réplica del arzobispo Barrios, quien en primer lugar se ha dirigido al Apóstol: “Santiago haz que desde aquí resuene la esperanza de renovar el compromiso de seguir construyendo la ciudad de Dios en medio de la de los hombres abriendo nuestro corazón a la alabanza”. Acto seguido ha agradecido a Dios el don de la fe “que nos da la humilde certeza de que la vocación del ser humano a la esperanza es razonable y realizable“.
Sin embargo, ha recordado que “la transmisión de la fe y valores cristianos es un desafío porque vivimos en un mundo que parece obra humana y eso nos impide descubrir a Dios a veces“, por la obsesión del hombre de ponerse en el centro del universo. En este sentido, ha insistido en que “la propuesta cristiana nunca envejece y no es un espectáculo sino la entrega de la vida en la cruz” y es Dios quien construye la Iglesia, no los hombres, “simples vasijas de barro”. Así, coincidiendo con el oferente, ha pedido que “al conmemorar al patrón de España recordemos que los valores del Evangelio han cimentado nuestra cultura”.
“El valor de la vida del enfermo brilla con más luz en su desvalecimiento”
Ha insistido en este punto, advirtiendo contra la “camisa de fuerza de los prejuicios” que puede “impedir ver a un Dios que cuida de las criaturas y los hombres, sean buenos o malos, es el padre que sale a esperar a diario la vuelta del hijo pródigo y lo acoge sin resentimiento”. Un Dios que fundamenta nuestra dignidad “también ante la muerte, donde el enfermo necesita encontrar afecto comprensión y ternura porque el valor sagrado de la vida del enfermo no se desvanece sino que brilla con más luz en su desvalecimiento”.
Ha acogido pues la ofrenda del delegado para ponerla en el altar y ha agradecido su felicitación por su 25º aniversario episcopal. Finalmente ha pedido a Santiago que “proteja a Francisco y la Iglesia” y le ha encomendado “los frutos del Sínodo de los jóvenes, a todos los pueblos de Hispanoamérica especialmente por los que pasan por gran dificultad y al de España, especialmente a Galicia y sus familias”. También le ha pedido por las víctimas de Angrois y que interceda por los gobernantes “para que puedan encontrar con diálogo sereno y verdaderas soluciones a los problemas del país”.
