Si bien la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) no ha emitido oficialmente un mensaje de solidaridad hacia el Papa ante el escándalo orquestado por el ex nuncio apostólico en los Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, quien acusa al Santo Padre de haber tolerado los abusos sexuales del cardenal norteamericano Theodore McCarrick, varios obispos mexicanos han cerrado filas en torno a Francisco.
Felipe Arizmendi Esquivel, uno de los pastores más respetados del episcopado nacional, asegura que se trata de “fuego amigo”, producto de la oposición que ha encontrado el Papa en algunos ambientes clericales que no aceptan sus reformas, pues se niegan a dejar una vida de opulencia.
A través de un artículo publicado por la CEM bajo el título ‘Credibilidad a prueba’, el Obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, afirmó que el ex nuncio en los Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, violó gravemente su obligación de mantener informaciones en secreto por respeto a las personas, con tal de restarle credibilidad al Santo Padre y a la Iglesia. Información que -lamenta– va a ser usada por descreídos y por desconfiados hacia el Papa.
Proceder con justicia
Arizmendi Esquivel dice estar plenamente seguro de que el papa Francisco no exculpó al acusado, Theodore McCarrick, sino que quiso tener más seguridad, más datos perentorios, más testimonios contra el delincuente, y cuando los tuvo, lo suspendió de toda actividad ministerial y le quitó el cardenalato. “Es de justicia proceder de esta manera”, considera.
Recuerda un caso que tuvo que atender. “Me llegaban rumores de que un sacerdote estaba faltando gravemente al celibato, pero no tenía pruebas seguras… Yo no podía proceder en su contra mientras no tuviera pruebas fehacientes, pues podría cometerle una injusticia, ya que se podría tratar de calumnia. Llegó el día en que tuve pruebas, irrefutables y comprobables, y le suspendí de inmediato”.
Explica el obispo emérito que hubo quienes lo criticaron por esta decisión, “pues no conocían las pruebas, y por respeto a él yo no debía mostrarlas a todo público”. Es muy complicado proceder con justicia y con verdad –dice– cuando está en juego una persona, cuyos derechos hay que cuidar y respetar.
Oposición a Francisco
Al obispo mexicano le queda claro que la oposición que ha encontrado el papa Francisco en algunos ambientes clericales, incluso de altos rangos, se debe a que no aceptan la reforma integral que está proponiendo.
“No quieren dejar la vida principesca que han llevado; no aceptan la vida sencilla y austera del Papa; no toleran que hable tanto de la opción por los pobres y que la viva, ni que defienda tanto a los migrantes y a las mujeres. Le achacan errores doctrinales e imprudencias pastorales, porque su estilo les choca, les parece populista y casi comunista”, asegura.
Y es que –dice– hay ambientes, sobre todo en Europa y en los Estados Unidos, que “no toleran el nuevo modo de ser Iglesia que alienta, más cercana al pueblo, más comprometida y misericordiosa con los pobres, más preocupada por la ecología y por el ecumenismo; todo ello en base a una fidelidad profunda al Evangelio de Jesucristo. Ya quisieran que se terminara este papado y que llegara otro más acorde a lo que el papa Francisco ha calificado como ‘un cierto estilo católico propio del pasado’”.
Arizmendi finaliza su reflexión haciendo un llamado a los fieles a no dejarse apabullar por comentarios que insistan en debilitar la credibilidad hacia la Iglesia y el Papa. “Mantengamos nuestra confianza en que Dios lo puso precisamente para enderezar muchas cosas que deben vivirse con más fidelidad al Evangelio. ¡Cuenta con nuestro apoyo y nuestra confianza!”, concluye.