En plena crisis global por los numerosos casos de pederastia eclesial y con los ecos aún muy vivos del polémico ‘informe Viganó’, la Comisión Pontificia de Protección al Menor continúa con su trabajo y se reúne este jueves 6 de septiembre para seguir concretando respuestas directas frente a esta lacra.
Aunque apenas han trascendido detalles de la reunión, se sabe que Brasil, Zambia y Filipinas contarán con programas de acción en los que las posibles víctimas de abusos por consagrados cuenten con canales directos en los que “tengan voz” y se recojan sus denuncias. Se trata de un proyecto piloto que estaría impulsado directamente “capitaneado por el papa Francisco” y que quiere echar a rodar en tres contextos muy diferentes, como América, África y Asia.
Lo debatirá el Episcopado brasileño
Informa de ello el diario brasileño ‘Estadao’, que ha contactado con el representante nacional en la comisión, el laico Nelson Giovanelli Rosendo dos Santos. Según detalla este, la iniciativa papal contra los abusos sería discutida en la próxima plenaria de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB). De hecho, se invitaría a asistir a dicha reunión al cardenal de Boston, Sean Patrick O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia de Protección al Menor.
Siempre según la versión de ‘Estadao’, el pasado 29 de agosto, Dos Santos expuso la propuesta al presidente del Episcopado brasileño, Sérgio da Rocha. El plan fue “muy bien acogido” por el pastor, que, previamente, ya había sido contactado por el Vaticano para darle a conocer algunos detalles del proyecto.
“No interferimos”
Aunque se insiste en que “se dará más información” sobre el programa en el momento “oportuno”, el nuncio apostólico en Brasil, Giovanni D’Aniello, ha recalcado que la Comisión pontificia tendrá “autonomía para realizar su trabajo, conforme a las directrices definidas por el papa Francisco”. “No interferimos –concluye el nuncio–. Nos congratulamos de su elección y deseamos un buen trabajo”.
Según relata Dos Santos, el eje motor del programa sería fomentar un ambiente de confianza en el que se atrevan a contar lo ocurrido aquellas personas que han pasado por tan dura experiencia con sacerdotes y religiosos. La investigación como tal de los casos no le competería a la Comisión, ya que, en su opinión, esa es competencia de órganos internos de la Iglesia, como la Congregación para la Doctrina de la Fe o la Congregación para el Clero, además de las autoridades civiles.
“Estamos llamados a estudiar y reflexionar –enfatiza el laico brasileño–, cada uno a partir de su propia realidad, profesión y cultura, dónde se equivocó la Iglesia en el pasado al afrontar este problema sensible y profundo del abuso sexual. Cuando esto sucede dentro de la Iglesia, provoca un daño mucho mayor que en otro sector, pues el sacerdote representa a la persona de Cristo”.