En la víspera del fallo arbitral del Tribunal Internacional de La Haya, los obispos de las Conferencias Episcopales de Bolivia y Chile entregaron una declaración conjunta en la que recuerdan “que somos dos pueblos hermanos, unidos por la fe y por la experiencia de comunión, de fraternidad y solidaridad que caracterizan nuestras relaciones mutuas y las de nuestras Iglesias”.
Constatan los esfuerzos por alcanzar una integración regional “no siempre coronados por el éxito” y también ven “la falta de concordia por contradicciones y brechas de estridentes desigualdades y marginaciones”. Pese a reconocer estos obstáculos, enfatizan: “nuestros pueblos tienen vocación de paz”, trayendo a la memoria lo dicho por el Papa Francisco, en el año 2014, que la paz «sólo es posible alcanzarla realmente y gozar de ella, como mejor calidad de vida y como desarrollo más humano y sostenible, si se asume en la práctica, por parte de todos, una determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común. Lo cual implica no dejarse llevar por el afán de ganancia o por la sed de poder».
Los obispos concluyen invitando a todos en ambos países “a acatar la sentencia con fe, paz y sensatez, espíritu constructivo y fraterno y, más allá de lo que el Tribunal decida, ejercer nuestra responsabilidad como instrumentos de integración, justicia y unidad entre nuestros pueblos, manteniendo y profundizando un trabajo común como pueblos hermanos, particularmente en favor de los más desposeídos”.
Mediterraneidad de Bolivia
La Corte fijó para el lunes 1° de octubre la sesión en la que dará a conocer el fallo arbitral a la demanda presentada por Bolivia en la que pide que se exija a Chile negociar el territorio en disputa.
En la Guerra del Pacífico (1879-1883) entre Chile y los aliados Perú y Bolivia, éste último perdió el territorio de la actual región chilena de Antofagasta, antiguo Departamento del Litoral, quedando sin costas en el Pacífico. En 1884 firmaron una tregua que en 1904 culminó con la firma de un Tratado vigente hasta hoy. En varias ocasiones la controversia ha subido a niveles de riesgo y el diálogo se ha encrespado.
En ambos países el fallo del Tribunal se espera con nerviosismo. Hay quienes consideran que la controversia aún estará en curso mientras Bolivia siga reclamando un acceso soberano al océano Pacífico, esto es en tanto no se resuelva la llamada mediterraneidad de Bolivia.