“No hay una ‘receta preparada’ para acompañar a los jóvenes a la fe y a la plenitud de la vida, ni una ‘solución preconfeccionada’ a las muchas cuestiones que la escucha presinodal ha provocado”. El cardenal brasileño Sérgio da Rocha, relator general del Sínodo de los Obispos que comienza el miércoles 3 de octubre para debatir sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, explicó este lunes 1 de octubre cuál será la máxima a seguir durante los trabajos de la asamblea: el discernimiento.
El purpurado identificó durante la rueda de prensa de presentación del Sínodo tres “actitudes” para describir esta postura: “mantener abiertos ojos, orejas, mente y corazón”, “saber valorar a la luz de la fe lo que se mueve en la vida del mundo y de la Iglesia” y “disponibilidad para detenerse en las heridas de la historia con un corazón lleno de misericordia, manteniendo las puertas abiertas de par en par al Dios de la ternura”.
Los jóvenes “serán protagonistas”
En la asamblea sinodal participan 267 padres sinodales y 49 auditores (sin derecho a voto), de los que 36 son jóvenes de entre 18 y 29 años. Pese a que se encuentran en franca minoría, tanto Da Rocha como el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, insistieron en que estos últimos “serán protagonistas”, pues la asamblea recoge las inquietudes que han planteado en todo el camino de preparación. Además de por medio de cuestionarios, los jóvenes hicieron sentir su voz en el seminario internacional celebrado en septiembre de 2017 y en la reunión presinodal del pasado mes de marzo.
Al explicar cómo serán los trabajos durante la primera semana de asamblea, en la que se afrontará la primera parte del ‘Instrumentum laboris’, el relator general indicó que no se trata de realizar un “análisis sociológico”, sino de buscar “las huellas” del paso del Señor con una actitud “abierta y acogedora” y con “la mirada del discípulo”. Consideró Da Rocha “imprescindible” conocer la realidad en la que hoy viven los jóvenes, en especial las situaciones “dolorosas” como “la guerra, la cárcel, las migraciones, la marginación y la pobreza”.
Reconocer los puntos débiles
El cardenal brasileño dejó claro que no hay que poner vetos a la escucha de los jóvenes al subrayar la necesidad de dejarse “interpelar por sus inquietudes”, incluso cuando estas “ponen en cuestión” las costumbres de la Iglesia o tocan “cuestiones complejas como la afectividad y la sexualidad”. Da Rocha reconoció que es habitual recurrir a “estereotipos” o al “he oído decir” cuando se habla de los jóvenes en el contexto eclesial. Se cae así en una “idealización” e “ideologización” en la que se pierden de vistas las características de la juventud contemporánea.
El relator general propuso en cambio “tomar conciencia” de los puntos fuertes y débiles de la presencia de la Iglesia en el mundo juvenil, en particular de las críticas que le dedican. “Muchos han vivido situaciones que les llevan a afirmar que es la Iglesia la que está lejos de los jóvenes. En muchos casos no la sienten cercana y acogedora, especialmente en los momentos más duros de su recorrido de crecimiento humano”.
Novedades en la Secretaría General
Baldisseri destacó durante su comparecencia ante los medios de comunicación que el inminente Sínodo se desarrollará según la nueva instrucción publicada hoy y que completa a la constitución apostólica ‘Episcopalis communio’ que vio la luz el pasado 18 de septiembre. Entre las novedades de la instrucción destaca la ampliación de la Secretaría General del Sínodo, que a partir de ahora estará formada por 21 obispos.
El cardenal italiano planteó que los “objetivos” de la próxima asamblea son: “la renovación eclesial”, “hacer consciente a toda la Iglesia de su tarea misionera de acompañar a todos los jóvenes” y, finalmente, “tomar conciencia de la conexión entre pastoral juvenil y pastoral vocacional”.
Obispos chinos por primera vez
Baldisseri confirmó que entre los 247 padres sinodales habrá dos prelados de la China continental, lo que constituye una novedad absoluta porque “siempre la Santa Sede había cursado invitaciones, pero nunca hasta ahora pudieron venir”. Se trata de Giovanni Battista Yang Xaoting, responsable del seminario de Pekín, y de Giuseppe Guo Jincai. Este último es uno de los siete obispos ordenados ilícitamente a los que el Pontífice perdonó para conseguir que se firmara el reciente acuerdo provisional entre el Vaticano y Pekín para desatascar el nombramiento de prelados en el gigante asiático. El secretario general consideró que la participación de ambos es un primer fruto de este pacto.
Baldisseri también se refirió a las últimas polémicas que han sacudido la Iglesia por los casos de pederastia y consideró que no afectarán al desarrollo de la asamblea: “Creemos que es una oportunidad para mostrar qué es al Iglesia y que no sea solo conocida por algunos que han fracasado y provocado escándalo”.