El cantante francés Charles Aznavour ha muerto a los 94 años durante la madrugada de hoy, 1 de octubre. El artista, de origen armenio y con más de cien millones de discos vendidos, llegó a oídos de todo el mundo en 2001, cuando entonó frente a Juan Pablo II un Avemaría en memoria del genocidio sufrido por este pueblo.
En una entrevista en El País en 2015, a sus 90 años, sacó a pasear a Dios en sus respuestas. “Soy optimista, mi padre lo era y aprendí de él. Cuando no teníamos nada, decía: ‘Dios nos lo dará’”. Al ser preguntado sobre la importancia de Dios en su vida, respondió con seguridad: ” Muy importante, aunque no sé si soy creyente. Dudo. Pero ¿qué pierdo yo no siendo ateo? Nada. En ese aspecto soy un egoísta, claro. Si no existe, pues nada pasará. Y si existe, me recibirá bien porque le he honrado en mis canciones”.
En la misma entrevista, el periodista replica: “Algunas interpretaciones que de Dios se han hecho han infligido un daño enorme a la humanidad, ¿no cree?”. Y responde el cantante: “Sí, pero él no tiene la culpa. La culpa es de los hombres”.
Diplomacia y acordes
Cantante y compositor, comediante y diplomático, movido por una irreprimible sed de reconocimiento, Charles Aznavour ha escrito su trabajo en la memoria colectiva. Con 90 años bromeaba acerca de que quería cumplir los cien años de carrera musical, en la que seguía plenamente volcado. De la misma manera, tampoco abandonó nunca sus acciones reivindicativas para conseguir el reconocimiento de las matanzas contra los armenios en Turquía a principios del siglo XX.
Tal era su unión con el pueblo en el que se encontraban sus orígenes, que mantenía una fundación de ayuda a los damnificados en por el terremoto ocurrido en Armenia hace 30 años.
