Esta mañana comienza la 15ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Una asamblea dedicada a analizar la realidad de los “jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Una reunión de obispos y expertos con una nueva metodología y en torno a un tema vital para el futuro de la Iglesia.
Vida Nueva repasa 10 datos esenciales para seguir este encuentro con las claves necesarias.
1. 14 asambleas de experiencia
Sin contar las asambleas extraordinarias y las especiales, el sínodo de los jóvenes será la edición número 15 del sínodo de los obispos. Muchos temas se han puesto sobre la mesa en estos encuentros que se iniciaron en 1967 con el tema: “Preservación y fortalecimiento de la fe católica, su integridad, su fuerza, su desarrollo, su coherencia doctrinal e histórica”. A este le siguieron cuestiones como el sacerdocio, la evangelización, el catecismo, la familia, el perdón, los laicos, la formación sacerdotal, la vida consagrada, el episcopado, la eucaristía o la Palabra de Dios.
En este tiempo se han afianzado los mecanismos de consulta, la dinámica en el aula, el papel de los auditores e invitados… todo al servicio de la corresponsabilidad de la comunidad cristiana con el sucesor de Pedro en el gobierno de la Iglesia. Se cumple así el objetivo con el que se recuperó el sínodo: “mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar”.
2. Los jóvenes, un tema para tomarse en serio
Aunque en estas semanas se ha despertado cierta polémica sobre si el sínodo debería suspenderse o reorientarse para tratar una temática más vinculada a la crisis de los abusos sexuales que vive la Iglesia, no se puede decir que la pregunta por los jóvenes en la Iglesia no sea pertinente. Una mirada a una celebración dominical cualquiera nos dará una evidencia.
Pero, ¿quiénes son los jóvenes? Disquisiciones sociológicas a parte, el sínodo hace su apuesta: de 19 a 29 años. Es decir, no se hablará en este Sínodo de esos o esas jóvenes catequistas que rozan sensiblemente los 50, ni de los jóvenes que han hecho la confirmación a los 12 años…, ni de cualquier otra situación que sirva de pasajero consuelo frente a una generación que ha desaparecido del tempo –visto esto desde el contexto europeo.
La Iglesia es consciente de conocer “lo que hace la fuerza y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, de darse sin recompensa, de renovarse y de partir de nuevo para nuevas conquistas”, decía el mensaje del Concilio Vaticano II a los jóvenes. Estas palabras pueden ser más actuales que nunca.
3. Una pastoral más allá de las JMJ
La voluntad de que se celebre una asamblea sin vetos o cortapisas a los jóvenes puede dar pie a que se abran espacios para reivindicar diferentes modelos de pastoral con jóvenes. El camino posconciliar ha estado lleno de muchas iniciativas pastorales audaces y rebosantes de protagonismo juvenil… hasta que, en parte, fueron ensombrecidas con la explosión de las Jornadas Mundiales de la Juventud, las JMJ.
La asamblea puede aportar la serenidad para contemplar que la JMJ ha sido un revulsivo vocacional y ha impulsado muchas acciones de pastoral juvenil. Pero la pastoral juvenil de la Iglesia no puede quedar centrada en un macroacontecimiento puntual.
4. Documentos de referencia
En este tiempo de preparación, desde que el papa Francisco convocó el sínodo, se ha elaborado el ‘documento preparatorio’ con los cuestionarios –elemento que tuvo tanta repercusión el sínodo sobre la familia– y tras recopilar las respuestas canalizadas por las iglesias locales y las principales congregaciones implicadas en el mundo juvenil se ha redactado el ‘Instrumentum laboris’.
Sin embargo, no se pueden olvidar dos encuentros que han sido definitivos en este tiempo de preparación y cuyas aportaciones ya están presentes en el borrador que los participantes encontrarán hoy en el aula: en el seminario internacional celebrado en septiembre de 2017 y la reunión presinodal del pasado mes de marzo.
5. El discernimiento como actitud
Uno de los temas propuestos para el sínodo es el “discernimiento vocacional”. Pero el discernimiento pretende ser algo más que un tema a tratar, busca imponerse como método de desarrollo de la propia asamblea.
El discernimiento es, para Francisco –enraizado en la tradición jesuita–, una “tarea de toda la Iglesia”. Para el pontífice hay que “discernir, de entre todas las voces, cuál es la voz del Señor, cuál es la voz de Él que nos conduce a la Resurrección, a la Vida, y la voz que nos libra de caer en la “cultura de la muerte”.
6. Protagonismo juvenil
La participación más importante de los jóvenes ha sido a través de los cuestionarios que se marcaban en el documento preparatorio. Estas encuestas incluían una parte específica sobre las diferentes realidades continentales. Además, la secretaría del sínodo se abrió a las redes sociales para canalizar las posibles respuestas de aquellos jóvenes a los que no llegaron las propuestas de las Conferencias Episcopales o de los institutos religiosos.
Pero, aún más, 36 jóvenes de entre 18 y 29 años estarán desde esta mañana en la asamblea sinodal y podrán dirigirse sin cortapisas a los 267 padres sinodales. Aunque sin voto, la normativa que se estrena en este sínodo agiliza los mecanismos de participación en el aula.
7. 3 verbos clave
El método de discernimiento se aplicará, tal como están planificadas las reuniones a partir del ‘Instrumentum laboris’, en tres pasos: reconocer, interpretar y elegir. El primero de ellos se refiere a la escucha de la realidad para hacer una radiografía concreta de la juventud de hoy en día.
El verbo “interpretar” es donde se aplicará más directamente el discernimiento para valorar caminos de futuro. Y, tras este camino, llega el momento de “elegir”, de tomar decisiones de futuro y presentar a Francisco las propuestas que conformarán la futura exhortación apostólica postsinodal.
8. Pablo VI y Romero, en el corazón del sínodo
También durante el sínodo se vivirá una intensa jornada de canonizaciones, el 14 de octubre. Encabezan la celebración el papa Pablo VI, quien restituyó el sínodo en la Iglesia actual, y el obispo mártir Óscar Romero, ejemplo de pastor solícito y defensor de los más débiles.
Junto a ellos, también serán canonizados Francesco Spinelli, fundador del Instituto de las Adoratrices del Santísimo Sacramento; el sacerdote diocesano Vincenzo Romano; Maria Katharina Kasper, fundadora del Instituto de las Pobres Siervas de Jesucristo y la madrileña Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia. A estos se les ha unido un joven italiano, el obrero Nuncio Sulpricio, patrono de los accidentes laborales –algo que vivió en sus propias carnes–.
9. La voz de Oriente
El sínodo busca ser un elemento de la colegialidad y la catolicidad de la Iglesia. Por ello el criterio geográfico se ha cuidado mucho en estas décadas desde que Pablo VI rescató esta herramienta eclesiológica.
Con Francisco, que ha mostrado sobradamente esta sensibilidad en sus nombramientos cardenalicios o al formar el C-9, esta apertura traspasará fronteras. Dos prelados chinos estarán sentados en el aula tras el reciente acuerdo entre el Vaticano y el gigante asiático. Acuerdo que se pone en práctica de forma elocuente ya que uno de los padres sinodales es uno de los obispos ordenados en su días sin el mandato papal.
10. Un sínodo trasparente
La comunicación en este sínodo se ha reforzado con una comisión potente de expertos, el apoyo de portavoces lingüísticos y, sobre todo con una mayor presencia en la red. La secretaría del sínodo ha puesto en marcha y alimentado en este tiempo diferentes canales de comunicación.
La cara más visible para la información será la página web Synod2018 que contiene materiales es seis idiomas y que reforzará el material informativo que ofrece el Vaticano por sus canales habituales. Además sigue abierto el Facebook, la cuenta de Twitter y la de Instagram así como el número de WhatsApp (solo para enviar mensajes) +39 342 601 5596.