El arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, mantiene en el Sínodo de los Obispos sobre ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’ que el término ‘LTGBI’ no debe usarse en los documentos de la Iglesia. Y es que, según uno de los cinco obispos estadounidenses llamados a Roma, la Iglesia “no clasifica a las personas” por sus “apetitos sexuales”, como recoge el texto íntegro publicado por Catholic Herald.
Chaput también expresó su preocupación por el hecho de que el ‘Instrumentum laboris’ no explica “por qué la enseñanza católica sobre la sexualidad humana es verdadera y por qué es ennoblecedora y misericordiosa”. Parafraseando el texto, dice que “algunos jóvenes LGBT, a través de varias contribuciones recibidas por la Secretaría General del Sínodo, desean ‘beneficiarse de una mayor cercanía’ y experimentar un mayor cuidado por parte de la Iglesia”. Según él, el uso de las siglas ha generado controversia.
“No existe tal cosa como un ‘católico LGBTI’ o un ‘católico transgénero’ o un ‘católico heterosexual’, como si nuestros apetitos sexuales definieran quiénes somos; como si estas designaciones describieran comunidades discretas de diferente pero igual integridad dentro de la comunidad eclesial real, el cuerpo de Jesucristo. Esto nunca ha sido verdad en la vida de la Iglesia, y no es verdad ahora”. Porque, para el arzobispo, la Iglesia, en lugar de ofrecer “adulación” a los jóvenes, debe reconocer que a menudo se conforman “por una cultura que es a la vez muy atrayente y esencialmente atea”.
Los obispos de Irlanda, contra el referéndum sobre el aborto
El primer ministro irlandés, Leo Eric Varadkar, anunció recientemente la celebración de un referéndum en 2019 para eliminar el artículo 40.3.3 de la Constitución Irlandesa para legalizar el aborto. En este sentido, los obispos del país, reunidos en Asamblea Plenaria, difundieron ayer, 4 de octubre, una declaración donde reiteran “el carácter sagrado y digno de toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, como un valor para toda la sociedad”.
Los prelados mantienen que “la vida humana comienza en el momento de la concepción; la vida del niño no nacido tiene el mismo valor que la de su madre; y que el derecho a la vida es el derecho humano fundamental ante todos los demás derechos humanos”, según informa Vatican News.
Por otra parte, la Asamblea Plenaria acogió otros temas de debate, como los frutos del Encuentro Mundial de las Familias celebrado en Dublín, del 21 al 26 agosto; así como la consulta de los jóvenes en preparación para el Sínodo de los Obispos de 2018, la protección de menores, las estancadas negociaciones con Irlanda del Norte y el compromiso de la Iglesia en la lucha contra el alcoholismo.
Cáritas Camboya busca frenar la trata
“El tráfico de seres humanos es un crimen de lesa humanidad. Debemos unir nuestros esfuerzos para detener este crimen, que se ha vuelto cada vez más agresivo y amenaza no solo a los individuos, sino a los valores fundadores de la sociedad”. Así lo asegura a Fides Kim Rattana, directora ejecutiva de Cáritas Camboya. “Nuestra misión es trabajar por la eliminación de la trata de seres humanos, la promoción de la dignidad humana, la solidaridad mundial y la independencia de las personas en la región del Gran Mekong”, donde “el fenómeno es cada vez más complejo”.
“Necesitamos que los ciudadanos sean más conscientes de los problemas relacionados con el tráfico de seres humanos y lo hacemos a través de exposiciones, videos, conferencias, oraciones interreligiosas, marchas, mensajes a través de internet…”, explica Rattana tras el Foro Interconfesional de Camboya, centrado en la lucha contra la trata, en el que participaron 1.700 personas.
La colaboración incluye a la Comisión del Gobierno de Camboya, al Ministerio de Religiones y a Cáritas Camboya, y cuenta con el apoyo de las cuatro comunidades religiosas principales del país (budista, islámica, católica y protestante). Camboya es un país de tránsito y destino para hombres, mujeres y niños sometidos a trabajo forzoso y tráfico sexual.