Dentro de los actos del sínodo, el papa Francisco ha participado en un acto con los jóvenes en el Aula Pablo VI durante la tarde de este sábado, 6 de octubre. Este momento de oración y celebración se ha organizado en torno a las inquietudes y preguntas de los jóvenes a través de diferentes testimonios y actuaciones plásticas.
Un buen número de jóvenes presentaron algunas de las preguntas que se han suscitado en este tiempo previo al sínodo y se las han entregado al Papa para que las haga llegar a los Padres Sinodales. A lo que el pontífice quiso clarificar que no iba a responder las preguntas ya que “anularía el sínodo”. Pero insistió que las cuestiones “deben ser respondidas sin miedo”.
No os dejéis comprar
En su intervención, Bergoglio les ha pedido que miren el camino y no se queden “tumbados en el sofá” o “mirándose al espejo”. Un camino que debe recorrerse con “coherencia”, frente a las incoherencias como la de “una Iglesia en la que se leen las Bienaventuranzas y luego cae en el clericalismo principesco”, algo que “es escandaloso”, sentenció. Frente a esto les ha recordado que “el auténtico poder es el del servicio –hacerse servidores de la gente–, frente al egoísmo o la dominación que hace esclavos”.
“No tenéis precio, no soy mercancía, por lo que no debéis dejaros comprar por la colonización ideológica”, les ha insistido el Papa a la vez que les ha invitado a ser “enamorados de la propia libertad”. Libertad que a veces es absorbida por las dependencias, también en el uso de los medios de comunicación.
Por eso, ante el uso de las nuevas tecnologías, el pontífice les ha pedido que las relaciones no sean solo virtuales sino que tengan un elemento de “concreción”, frente a tantas “experiencias líquidas”. Una concreción que se traduce, para el Papa, en una actitud de “acogida” frente a quienes tienen la mentalidad de ver “al extranjero como un enemigo” algo que ha reforzado “el populismo que están de moda” frente a la auténtica “cultura popular, la del pueblo”.
En este sentido, les ha recomendado que no pierdan la relación con sus antepasados –uno de los jóvenes había mostrado la foto de su abuelo– porque sería “atacar a las raíces” de la propia identidad.