“La juventud se caracteriza por ser un tiempo privilegiado durante el cual la persona realiza elecciones que determinan su identidad y el curso de su existencia” ‘Instrumentum laboris’, 16. Durante toda esta semana, mi lectura de “metro” es el libro del cual extraigo esa frase, el ‘Instrumentum laboris’ (IL) que están trabajando en Roma los obispos del mundo, junto a jóvenes y personas invitadas para desentrañar los misterios de algo desconocido para muchos lugares de la Iglesia hoy: la juventud.
Que curioso es, que algo por lo que toda persona pasa y vive, resulte tan inaccesible a veces. La sociedad es distinta, pero los impulsos juveniles son los mismos, y de esos impulsos, se crea una vida, de esas decisiones que van marcando un camino. Creo que el curso de nuestra existencia se determina por cada paso que damos en cualquier momento de nuestra vida, no tan solo en la juventud, pero, aun así, describe muy bien el por qué estoy aquí escribiendo estas líneas.
Y, entre otras cosas, hace un año elegí asumir la presidencia del movimiento de la JEC, porque pensaba que los jóvenes tenemos mucho que decir en una Iglesia que, ahora mas que nunca, quiere escucharnos, y quiere hablar lo que hablamos.
Protagonismo juvenil estudiante
En los movimientos como la Juventud Estudiante Católica, toda la organización está llevada por jóvenes, y fruto de ello es la Comisión General de principio de curso que hemos celebrado este fin de semana, en la que hemos decidido nuestros objetivos como movimiento, como militantes y como acompañantes de procesos de jóvenes. Nos une el pensamiento de que nuestro estudio al servicio de los demás, nos ayudará a construir el Reino en medio de nuestro mundo. La elección de nuestro estudio es importante, pero aún más lo es la elección del sentido de por qué estudiamos.
Y como muestra de la necesidad de acompañamientos a jóvenes que a veces cuesta encontrar, el movimiento Profesionales Cristianos ha celebrado su misma Comisión junto a nosotras, quedando latente el “arte de acompañar” del capítulo IV del IL.
La última (pero esperanzada) llamada
Y si de elecciones habla el IL, los jóvenes, adultos, y la humanidad entera (y la Iglesia como parte de esa humanidad) no podemos dar de lado la alarmante llamada que nos hace el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ante la alarmante situación de nuestra casa, que “requiere cambios rápidos, de amplio alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad” en su último informe.
El texto es contundente, y no veo algo que sea más urgente que esto, es la última llamada de una tierra que nos clama que la salvemos, porque entre 2030 y 2050 la temperatura aumentará hasta 1’5 grados, y esto provocará efectos devastadores. Pero, no todo está perdido, pues igual que ‘Laudato si’’ nos invita a tener confianza plena en una conversión ecológica, el informe también deja espacio para la esperanza si conseguimos introducir cambios en nuestro modo de vivir y relacionarnos desde este mismo momento.
El mundo necesita lo que en Acción Católica repetimos tanto, pues lo llevamos hasta en el nombre, y que no es otra cosa que lo que ya hizo Jesús hace muchos años; convertir lo que hablaba, en lo que actuaba, y sembrando una semilla de esperanza que hacía cambiar los sitios y las personas por las que pasaba.
Como habréis observado, #EnClaveJoven cambia de ‘look’, pero es otro militante joven cristiano el que escribe, y vive en la sociedad, por lo que seguiremos hablando de lo que escuchamos, vemos y pensamos.