“La escasez de datos oficiales acerca de la violencia de género impide que se den respuestas efectivas a un problema que afecta a muchas más mujeres de las que la sociedad quiere ver”. Así de tajante se muestra Cristina Díaz-Rincón, responsable del proyecto ‘Rompe tu silencio’, en una conversación con Vida Nueva.
La iniciativa, fomentado por Cáritas diocesana de Toledo, “nace como respuesta de la Iglesia ante las cifras tan alarmantes que hay”. Y es que, si bien la opinión pública “nunca va a defender este tipo de violencia”, Ruíz cree que aun no se ha tomado conciencia. “Nos enfada ver estos casos en las noticias, pero no somos capaces de identificarlos a nuestro alrededor”, explica. “Es vergonzoso que en pleno siglo XXI sigan dándose estos casos, y por eso la Iglesia de Toledo ha dado un paso adelante para acabar con ello”, subraya.
Teléfono 24 horas
Este proyecto, que empezó a gestarse el pasado verano, ha recibido muchos casos de lo que llaman familias “monomarentales”, es decir, mujeres con hijos que han sufrido violencia y que tienen que rehacer su vida. “No nos cabe en la cabeza que las víctimas pueden ser jóvenes, con estudios, con una familia y una vida completamente normalizas, pero la violencia no entiende de estatus social”, señala. De hecho, subraya que en el poco tiempo que lleva el proyecto en marcha se han dado cuenta de que el perfil mayoritario “no es para nada el de una mujer que vive en exclusión social”.
Son los prejuicios, precisamente, “lo que impide dar unas respuestas efectivas”. Este es el caso, por ejemplo, del aumento de la violencia de género entre parejas jóvenes, y por este motivo desde ‘Rompe tu silencio’ también trabajan en la concienciación. “Si no empezamos por la educación no llegamos a ninguna parte, por lo que hemos creado un apartado de prevención, al igual que hacemos formación a personas que trabajan con mujeres que han sufrido violencia”, indica.
En el proyecto se lleva a cabo un acompañamiento integral a la mujer, con un teléfono 24 horas e, incluso, una vivienda de urgencia. También realizan talleres de capacitación y ayuda al empleo. Sin embargo, lo más novedoso es que dedican una parte al ocio y tiempo libre. “Estas mujeres han sido aisladas de su entorno familiar, desconectadas, por lo que retomar el contacto con otras personas, establecer relaciones sanas y dedicarse tiempo a sí mismas es importantísimo”, dice.
‘Rompe tu silencio’ trabaja tanto con mujeres que han acabado ya con la relación como con otras que aun la mantienen. “Todos los casos son distintos, pero lo más importante es que la mujer se sienta respaldada a la hora de tomar sus propias decisiones”, apunta.
“Alguna vez ha ocurrido, incluso, que derivan a mujeres de otros recursos, como es la ayuda a la vivienda, por ejemplo, porque verbaliza situaciones que dejan entrever que puede estar viviendo violencia psicológica”, explica. No tener número de cuenta, dinero propio o que la pareja administre todo es, para Ruíz, una manera de ejercer este tipo de violencia.
“La gran mayoría de ellas tienen problemas de autoestima o muestran sentimientos de culpabilidad en los que excusan a su pareja”, dice. Después de años en este tipo de relación, “la mujer acaba despersonalizándose, no reconociendo su propio valor como persona y creyendo que depende totalmente de él”.
También afecta a los hijos
En los casos en los que la pareja tiene hijos, “la cosa es más complicada, pero lo cierto es que muchas veces la mujer se da cuenta de que la manera de proteger a sus hijos es protegerse a sí misma”. Sin embargo, acabar con la relación nunca es sencillo, “porque es la mujer la que tiene que rehacer su vida completamente junto con la de sus hijos, y según estos son más mayores, más complicado es cambiar la vida que tienen construida”.
Y es que, si bien “muchas veces se defiende que sea como sea la relación con la madre, la relación con los hijos puede ser estupenda, pero esto nunca es así”. De hecho, en estas situaciones los niños conviven con situaciones “realmente dañinas”. “Una persona violenta, ya sea con sus actos o con sus palabras, nunca será un buen padre”, asevera.