Las vicepresidentas españolas siempre han salido muy satisfechas de sus entrevistas en el Vaticano. Pueden testificarlo María Teresa Fernández de la Vega y Soraya Sáenz de Santamaría cuando fueron recibidas en audiencia por los Cardenales Sodano, Bertone y Parolin y lo ratificará la última en atravesar el Portone di Bronzo, Carmen Calvo.
La número dos del gobierno de Pedro Sánchez llegó a Roma con una amplia delegación compuesta por ella misma y de la que formaban parte el Subsecretario del Ministerio de la Presidencia Antonio Hidalgo y María Ángeles Moreno Bau Subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y otros altos dignatarios. A primeras horas de la mañana del lunes 29 , a las nueve, había sido fijada la audiencia con el secretario de Estado, Pietro Parolin, al que acompañaba monseñor Daniel Pacho, secretario de Nunciatura de Primera Clase. Es el diplomático que se ocupa de España en la segunda sección de la Secretaría de Estado y que a pesar de su nombre español es alemán de nacionalidad y procede de la diócesis de Fulda.
La entrevista se prolongó por espacio de una larga hora y un cuarto al final de la cual los huéspedes fueron acompañados a visitar algunas de las zonas más nobles del Palacio Apostólico. Finalizada su estancia en el Vaticano regresaron a la Embajada de España ante la Santa Sede y seguidamente se dirigieron al aeropuerto romano de Fiumicino para – en vuelo regular de Iberia y no en el Falcon ministerial- regresar a Madrid.
Relaciones habituales y fluidas
A estas entrevistas el Vaticano les reserva un rango menor pero no menos importante “de facto”. No informa de ellas ni L’Osservatore Romano ni la Sala de Prensa. Los visitantes pueden, sin embargo, hacer públicas sus conclusiones. En la nota distribuida a última horas de la mañana por el Gobierno se califica el encuentro como “extremadamente cordial”. A continuación se enumeran algunos de los temas tratados como la exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos, la revisión de los bienes inmatriculados por la Iglesia, el régimen fiscal de la misma y la compartida preocupación para hacer justicia a las víctimas de loa abusos sexuales.
La diplomacia vaticana como es habitual en ella y sobre todo tratándose del primer encuentro con un gobierno apenas llegado al poder busca los puntos de encuentro y garantiza por su parte el diálogo. También se ha recordado que este tipo de encuentros hispano-vaticanos “forman parte de las relaciones habituales y fluidas que siempre han mantenido ambos estados”. Así ha sido , con excepcionales y transitorios momentos de tensión, la pauta mantenida con los gobiernos de Felipe González, José María Aznar, José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Pedro Sánchez no iba a ser la excepción.