El viaje
Hace unos días el Vaticano anunciaba un nuevo viaje papal previsto para los primeros días de febrero de 2019, a la vuelta de Francisco de la JMJ de Panamá. Bergoglio será el primer pontífice en pisar el suelo arenisco de los Emiratos Árabes Unidos, aceptando la invitación del heredero de Abu Dabi –y, por supuesto, de los propios y minoritarios católicos del país– con motivo del Encuentro Interreligioso Internacional sobre la “Hermandad Humana”.
Curiosa nueva periferia la que el Papa argentino ha elegido para este nuevo desplazamiento internacional. Un país que agrupa a 7 emiratos de la península arábiga y que mueve una parte importante del petróleo y gas natural mundial transformando en las últimas décadas la economía de una feudalizada y empobrecida región hasta hace poco.
El lema de la visita, “Haz de mí un instrumento de tu paz” busca reforzar el papel pacificador de la comunidad árabe ante los fundamentalismos que castigan de forma especial a Oriente. Empeño que al papa Francisco no le ha faltado.
La foto
Otro jeque ha estado de cierta actualidad en España no hace tampoco muchas semanas. Se trata del heredero de Arabia Saudí Mohammed bin Zayed Al Nahyan del que ha circulado una fotografía –hecha precisamente en Abu Dabi, la capital de los Emiratos Árabes– saludando al rey emérito, Juan Carlos. La instantánea estaba tomada durante la celebración del Gran Premio de Fórmula Uno y en la sociedad muchos la calificaron enseguida como “una fotografía de vergüenza que nunca debiera haberse producido”.
A las espaldas de este jeque están algunas turbulentas historias como la muerte del periodista Yamal Khashoggi en la embajada saudí de Estambul. Esta es una muestra más de la ambigüedad que tantas veces ha imperado en las relaciones entre Oriente y Occidente y, en particular, en esta serie de países estratégicos para la economía internacional y que han salido más fortalecidos que otros tras acabarse la época del protectorado colonialista.
Tan cerca de los grandes lugares santos de Mahoma y del nacimiento del Islam, la convivencia nunca ha sido del todo pacífica. Esperemos que viajes como este de Francisco o testimonios elocuentes como el de los mártires de Argelia propaguen “pequeñas pero significativas semillas de paz”, como decía el cardenal Angelo Becciu en la ceremonia de beatificación de los 19 mártires, con ellos “se fortalece la creencia de que la preciosa presencia de este pueblo se justifica por el deseo de ser luz y signo del amor de Dios por toda la población”. Palabras escritas con sangre.