Decíamos ayer (26 de octubre de 1974)

Enemigos reales e inventados

“[Reconocemos] que la España real tiene muy poco que ver con la España fervientemente católica que algunos se obstinan en proclamar desde sus sueños”. “[Comprobamos] que vamos hacia una España del ‘más difícil todavía’”. “Todo esto no nos debe incitar al desaliento. (…) La Iglesia española debe conocer la realidad que pisa. Y construir desde ella. Y combatir a los enemigos que existen, no a los que nuestros sueños se inventan. Combatir sobre todo los verdaderos problemas de base (esa descristianización creciente) sin malgastar en luchas intestinas el tiempo que necesitamos para sembrar el evangelio”.

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

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