Insolidario aborto

Alberto Iniesta(Alberto Iniesta– Obispo Auxiliar emérito de Madrid)

“Esperemos que algún día se comprenda la gravedad de esta injusticia y se rectifique y corrija para siempre, como sucedió con el asunto de la libertad, al que hoy somos tan sensibles, con razón”

Es una alegría y un orgullo saber que España es el primer país de la Unión Europea y el segundo del mundo en trasplantes de órganos, lo cual significa la existencia entre nosotros de muchos corazones buenos y muchos buenos cirujanos.

Pero también es una pena y una vergüenza que haya muchas mujeres que deciden eliminar al hijo en la cuna de su vientre, al mismo tiempo que muchas parejas tienen que recorrer un largo camino de burocracia, gestiones y viajes a lejanos países para conseguir algún niño o niña en adopción.

Con el proyecto de ley sobre el aborto, en España se han levantado las alarmas de que aún empeore todavía más la situación. Lo curioso es que la gente piensa que esto de los abortos es un problema de los católicos y sus creencias. Por el contrario, es una responsabilidad de toda la sociedad, porque nunca como ahora la ciencia nos ha mostrado y demostrado que allí hay una vida humana en toda su integridad, aunque todavía en desarrollo. Todos los cuidados y atenciones con la madre siempre serán pocos, pero no pueden ser a costa de cometer una injusticia tan grave como es eliminar un ser inocente e indefenso, llamado a ser un hombre como nosotros y a disfrutar de nuestra sociedad y convivencia.

Esperemos que algún día se comprenda la gravedad de esta injusticia y se rectifique y corrija para siempre, como sucedió con el asunto de la libertad, al que hoy somos tan sensibles, con razón. Pero en tiempos del Imperio Romano la esclavitud se consideraba como algo natural: unos nacían ya como libres y otros, como esclavos. Hasta grandes filósofos como Platón o Aristóteles pensaban que era uno de los fundamentos de aquella cultura.

Y fue, por cierto, la Iglesia la que con su predicación de la fraternidad universal sembró la simiente de la libertad del hombre como hijo de Dios y hermano de los hombres. ¡También del no nacido, pero ya vivo!

ainiesta@vidanueva.es

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

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