Más de 250 organizaciones defensoras de derechos humanos, entre ellas varios albergues y comisiones diocesanas de Pastoral de Migrantes, signaron este miércoles un posicionamiento frente a los hechos ocurridos la semana pasada a las afueras del albergue temporal instalado en el Estadio Jesús Martínez “Palillo”, en la Ciudad de México, donde un grupo de migrantes fue detenido.
El pasado viernes 15 de febrero, a través de un comunicado, el subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Arturo Medina, informó la detención de 20 migrantes en el exterior del albergue debido a que no habrían querido cumplir con las reglas de convivencia pacífica dentro de las instalaciones y habían consumido alcohol y drogas.
Los extranjeros fueron aprehendidos la mañana de ese día por elementos de Seguridad Pública, supuestamente alertados por vecinos de la colonia Puebla, ubicada frente al Estadio, que denunciaron las conductas inapropiadas de los migrantes alojados en el albergue capitalino.
La otra versión de los hechos
Sin embargo, para las organizaciones eclesiales y civiles que brindan ayuda humanitaria a las personas migrantes, lo ocurrido en la capital del país no es un hecho aislado, sino que perciben un patrón de hostigamiento tanto a los migrantes como a las organizaciones encargadas de defender las garantías individuales de los mismos.
De acuerdo con el posicionamiento, además de lo ocurrido el pasado viernes por la mañana, más tarde, alrededor de las 14:30 horas, se llevó a cabo otra detención de migrantes y personas defensoras de derechos humanos mientras éstas se encontraban recabando testimonios sobre la situación al interior del albergue y las detenciones previas.
“Personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México se acercó a este grupo de personas e intentó detenerlas de forma violenta, mediante el uso ilegal de la fuerza pública, sin señalar ningún argumento ni contar con una orden de aprehensión”.
Para los firmantes, el actuar de los policías dejó en claro el “nulo conocimiento y aplicación del protocolo de detenciones en la CDMX”.
Un niño mexicano entre los detenidos
Dentro de las detenciones realizadas por la mañana –continúa explicando el texto– se encontraba una familia con tres menores de edad que fueron puestos a disposición de las autoridades migratorias, y trasladados a la Estación Migratoria de Iztapalapa a pesar de que dentro de los menores, había un niño mexicano.
Si bien el motivo de la detención fue la alteración al orden público, vinculado con el consumo de alcohol y estupefacientes, y provocar ruidos que atentaban contra la tranquilidad de las personas, aseguran las organizaciones que la resolución del juez consideró a los presentados como no responsables, aunado a que la revisión del médico legista comprobó que las personas no se encontraban bajo el influjo de drogas o alcohol.
“Y al no existir cargos en su contra ni pruebas por parte de los policías remitentes sobre las faltas imputadas, fueron puestos en libertad”, señala.
Por ello, consideraron graves las declaraciones de las autoridades capitalinas en el sentido de que las personas habían sido expulsadas del albergue por consumo de alcohol y drogas y por no cumplir las reglas de la estadía establecida, pues es un “intento para justificar el actuar de la Secretaría de Seguridad Pública”.
Demandas urgentes
Ante esta situación, las organizaciones firmantes urgieron a que se aclare lo más pronto posible la razón por la cual el personal del albergue hizo tales señalamientos en contra de los migrantes; que se realice la debida diligencia en las actuaciones derivadas de las quejas y denuncias interpuestas por personas defensoras de derechos humanos por los delitos de abuso de autoridad, pero sobre todo, que “pare el patrón de hostigamiento hacia personas migrantes que se organizan y que se finquen responsabilidades administrativas en el caso de la deportación de personas migrantes que cuentan con una estancia regular para permanecer en México”.
Finalmente, también pidieron que se garantice la seguridad de las personas que se encargan de defender los derechos humanos, pues tienen miedo a ser “agredidas, golpeadas y detenidas sin razón alguna”, ya que se ha estigmatizado su labor y su legítimo derecho a monitorear el actuar del Estado”.
Entre las organizaciones católicas firmantes destacan: Casa del Migrante San Juan Diego y San Francisco de Asís A.C. (Matamoros, Tamaulipas); Casa del Migrante Nuestra Sra. de Guadalupe (Reynosa, Tamaulipas); Servicio Jesuita a Migrantes México; Servicio Jesuita a Refugiados; La Red Jesuita Co-Migrantes México; Albergue Hermanos en el Camino (Oaxaca); Casa del Migrante Tatic Samuel (Chiapas); Casa del Migrante El Samaritano (Hidalgo); Centro de Atención al Migrante- Seminario Scalabriniano y la Comisión de Pastoral de Migrantes y Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México.
Cabe mencionar que los 1,751 migrantes que permanecen en el referido estadio de la Ciudad de México forman parte de una caravana de migrantes que llegaron a finales del mes de enero, procedentes de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Guatemala.