La nueva Constitución Apostólica ‘Praedicate Evangelium’ (Predicad el Evangelio) ya está casi lista. Después de cinco años de trabajo por parte del Consejo de cardenales y del papa Francisco, la nueva norma que regula la composición y competencias de los distintos departamentos y organismos vaticanos está a punto de ser promulgada.
Tras ser aprobado un último borrador en la reunión que el grupo de purpurados que asesoran al Pontífice celebró del 8 al 10 de abril, el texto ha sido enviado a los dicasterios de la Curia y a las conferencias episcopales para enriquecerlo con sugerencias y matices. Si la consulta no se retrasa, Jorge Mario Bergoglio podría firmarlo el 29 de junio.
Vida Nueva ofrecerá en exclusiva a sus lectores en su próxima edición los detalles de este documento legislativo que pretende hacer irreversible la gran reforma del Pontífice hacia una Iglesia misionera proyectada en su exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’.
Al servicio de las Iglesias locales
La principal novedad radica en la creación de un gran dicasterio para la Evangelización, situado por delante de la histórica Congregación para la Doctrina de la Fe, y que unificará la labor que hacen hoy la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide) y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Se altera así el orden de los dicasterios fijados por la Constitución Apostólica ‘Pastor bonus’, aprobada por san Juan Pablo II en 1988 y que quedará superada con ‘Praedicate Evangelium’.
Entre otras medidas orientadas a la sinodalidad y a la colegialidad eclesial, el texto establece que los dicasterios vaticanos no solo estarán al servicio del Papa, sino también de las Iglesias locales. En este sentido, fuentes consultadas por esta revista explican que “los obispos diocesanos no estarán en una posición eclesiológica por debajo de quienes trabajan en la Curia romana”.
25 años de vigencia
Vida Nueva ha podido confirmar que ‘Praedicate Evangelium’ concreta la lucha de Francisco contra el clericalismo al subrayar en uno de sus puntos el papel que pueden jugar los laicos como líderes eclesiales al frente de los dicasterios vaticanos. El documento papal otorga además una mayor autoridad a la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, al encajarla dentro de la estructural curial.
Uno de los miembros del Consejo de Cardenales consultados manifiesta que la próxima Constitución Apostólica tendrá una vigencia de al menos 25 años, consciente de que es fruto del equilibrio entre las metas marcadas al principio del pontificado de Francisco y de la realidad que se vive hoy en la Santa Sede y en la Iglesia universal.